La Casa Museo López Portillo continúa con su ciclo de conferencias sobre apreciación musical y esta
noche toca el turno a Alberto Asero, violinista y doctor en filosofía, quien es además maestro en la Escuela de Artes del Instituto Cultural Cabañas.
“El ciclo lleva por nombre La música y el placer: placeres auditivos lícitos e ilícitos en los siglos XVII y XVIII”, y se ciñe temporalmente a la época de 1600 a 1750
“Queremos que la gente se enamore de la música antigua, y esto es más simple si conocemos su contexto y circunstancias”, detalla Asero y añade que su deseo es hacer estos encuentros de manera itinerante, ya que si bien surgieron en el Instituto Cultural Cabañas, lo ideal sería que lleguen a distintos puntos de la ciudad y, de ser posible, a otro municipios del Estado.
Como el tema base del ciclo es el placer, se abordará éste combinándolo con el poder; de ahí que se desprenderán figuras que, como Luis XIV, marcaron una diferencia entre los músicos nacionales, ya no había una comunidad entre los músicos de toda Europa.
Asero cuenta que para finales del siglo XVIII se perdió la costumbre de vivir la música en el momento, se pasó a la música escrita, estrictamente, pues más allá del contrapunto antes sí se escribía, pero lo menos posible. Es en este periodo donde surge la figura cultural del solista, que busca impresionar con su técnica.
Para la tercera charla,se hablará de la ingeniería de las emociones, cómo los pasajes cromáticos se logra un efecto más dramático, etcétera. Otro factor de desarrollo en este periodo es el de buscar dominar las emociones de quien escucha.
En la cuarta sesión el tema central son los placeres ilícitos, tan ilícitos que fueron muchas veces prohibidos. Como ejemplo central están las chaconas, danzas escandalosas, “especialmente si las baila una mujer”.
Las chaconas y las sarabandas sufrieron un cambio: en un principio eran festivas, alegres, pero luego del veto que tuvieron se retomaron con un tinte más fúnebre.