Sociedad es culpable de situación que sacude al país, afirma prelado

El actual estado de cosas que sacude a las instituciones públicas y genera movimientos de inconformidad social no es exclusivo de la clase política, ni de los servidores públicos ni de los partidos políticos, sino del pleno de la sociedad, aseguró el comisionado de Vocaciones y Ministerios de la Arquidiócesis de San Luis Potosí, el sacerdote Ramón Gómez Ramírez.
Adujo que México, como otras naciones del mundo, vive un contexto de crisis social generacional que descree de las instituciones públicas, así como de los procesos de interacción entre estas y el conjunto social.
Hablar de la decadencia de la clase política y, aún del sistema, es algo delicado y que requiere de profundizar y objetivar el análisis de que se deprende esta aseveración en la que es posible que se esté descuidando el factor de la incidencia social, por una multiplicidad de factores: educativos, culturales, económicos, éticos y morales.
El sacerdote difirió de las opiniones vertidas por el obispo de Saltillo, Coahuila, Raúl Vera López, así como las emitidas por Alejandro Solalinde Guerra, al respecto de los orígenes de la masacre estudiantil de Iguala, Guerrero, de donde desprenden, por la vía de la generalización, una eventual decadencia de las instituciones públicas y de la clase política, al inferir el descrédito que están ganando los partidos políticos.
Gómez Ramírez solicitó no apresurar conclusiones y llamó a un análisis de mayor profundidad y responsabilidad, a la emisión de propuestas de solución y a la búsqueda de la justicia y la verdad de los hechos, porque esto es lo que deseamos los mexicanos.
Indicó que una de las fuentes-clave para la normalidad nacional tiene que pasar por la educación de los jóvenes, en particular y de la sociedad en general; se requieren acciones desde las instituciones públicas que conlleven soluciones a las demandas más ingentes de la sociedad para recuperar la confianza; se requiere de mayores espacios y disponibilidades de las partes para el diálogo y la coparticipación en la construcción de soluciones.
Llamó la atención sobre el fenómeno cultural que ha llevado a los jóvenes de México y el mundo a no confiar en las instituciones, incluyendo a la las Iglesias; en este sentido, dijo, el Papa Francisco está poniendo una muestra clara y valiente de la disposición de la Iglesia Católica para abrirse al mundo de hoy, a sus problemas, en busca de soluciones, a través de propuestas, por medio del diálogo. Interrogado sobre si una de las respuestas esperadas en medio de la convulsión social se alcanzará por la vía de las organizaciones sociales no gubernamentales y a través de la figura de los candidatos independientes o ciudadanos, no asociados con las estructuras de los partidos políticos tradicionales, el sacerdote llamó a esperar a que estas propuestas “maduren” un poco más.