El sector empresarial de los países del G20, conocido como B20, pidió hoy a sus líderes una «agenda de reformas audaces» y mejoras para estimular las inversiones, durante la cumbre que celebrarán este fin de semana en Brisbane.
«Se debe mejorar la creación de un ambiente propicio para los negocios de forma que se estimulen las inversiones, amplíe la productividad y aumente la actividad económica y el crecimiento», dijo el presidente del B20 (Business 20), Richard Goyder, director gerente de la empresa australiana Wesfarmer.
El grupo de empresarios reunido en Brisbane manifestó su satisfacción por el objetivo de crecimiento que se ha trazado el G20, pero además reclamó compromisos en cinco áreas claves: finanzas, capital humano, infraestructuras, comercio y transparencia para lograr las metas de crecimiento y creación de empleo.
Para ayudarlos en este camino, el B20 concretará esta noche 20 recomendaciones para que se estudien en la cumbre.
«Uno de nuestros mensajes será que, si quieren la confianza empresarial para crecer, lo mejor es asegurarse de que estas medidas sean implementadas», dijo el sherpa (negociador) del B20 Robert Milliner, quien confió en que la cumbre logre avances en la agenda de infraestructura, así como en la reforma del mercado laboral y del estímulo al comercio.
En ese sentido, los empresarios del B20 expresaron su satisfacción por la propuesta de crear un Núcleo de Infraestructura Global que facilite las inversiones en este sector en todo el mundo.
«Nuestros estudios demuestran que el establecimiento de este núcleo respaldaría con unos 2 billones de dólares la capacidad de las infraestructuras, añadiría 600.000 millones de dólares al PIB mundial y respaldaría unos 10 millones de empleos adicionales para 2030», acotó Milliner.
En lo que respecta al comercio, el B20 enfatizó que se debe abordar el asunto de las barreras no arancelarias y mejorar la eficiencia de las cadenas de suministro para reactivar el comercio internacional.
El G20 acordó a principios de año lograr en los próximos cinco años un crecimiento de la economía global de un 2 % por encima de las previsiones, objetivo que después fue rebajado al 1,8 % por la situación económica mundial.