El liderazgo político del Triángulo Norte de Centroamérica —los presidentes de Guatemala,Otto Pérez Molina; de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, y de Honduras, Juan Orlando Hernández— emprenderá hoy en Washington una ofensiva diplomática sin precedentes, para impulsar una alternativa socioeconómica que ayude a contener la masiva migración irregular de centroamericanos a Estados Unidos.
El trío presidencial se reunirá hoy al mediodía con el vicepresidente estadounidense Joseph Biden, y tendrá encuentros con la secretaria de Comercio de Estados Unidos, Penny Pritzker, y con congresistas republicanos y demócratas. El viernes sostendrán un almuerzo privado.
Los mandatarios “darán una visión de los problemas y las áreas claves que se requieren enfrentar para generar oportunidades económicas y sociales” y “reducir la emigración”, informó ayer la presidencia de El Salvador. El “particular énfasis” estará en atraer inversiones en áreas como infraestructura, añadió.
El plato fuerte de la visita es una conferencia en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ante la comunidad internacional, donde Pérez, Sánchez y Hernández, acompañados por Biden, presentarán mañana la “Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte”, un plan político, social y económico que evitaría recurrir a vías de fuerza —deportaciones, arrestos, militarización de fronteras o persecución policial— para frenar el flujo migratorio ilícito en unos cinco años y cerrar un millonario negocio de las mafias del crimen organizado dedicadas al contrabando de personas.
La Alianza se basa en cuatro factores: desarrollo productivo, seguridad, inversión en capital humano y fortalecimiento institucional, con acciones de corto y mediano plazo de crecimiento económico sostenible que ataquen las causas de la migración, como pobreza, desempleo, exclusión social, violencia y crimen organizado. El costo del programa está pendiente de ser definido.
Respuesta “unificada”. La iniciativa trinacional es “una respuesta unificada” a problemas estructurales de crecimiento, empleo y desarrollo socioeconómico que inciden “directamente” en la migración irregular “principalmente hacia EU”, dijo el canciller salvadoreño, Hugo Martínez. “La apuesta fundamental es generar oportunidades de desarrollo económico”, con formación técnica, seguridad y fortalecimiento institucional “en los lugares de origen de la población migrante, para que la migración no sea una obligación, sino una opción”, añadió.
Aunque por décadas ha habido una masiva migración irregular de centroamericanos a EU, el fenómeno se agudizó este año con el intenso flujo de menores de edad guatemaltecos, hondureños y salvadoreños sin compañía, lo que provocó una severa crisis en la frontera mexicano-estadounidense.
Los mandatarios, dijo Martínez, tendrán un acercamiento con jerarcas de compañías multinacionales para que “inviertan en nuestros países y le apuesten a esta Alianza”. La intención es que el sector privado “se vuelque” a la zona con inversiones “focalizadas” en los sitios que generan más población migrante, informó.
Hernández dijo ayer que espera que EU invierta miles de millones de dólares para ayudar a frenar el flujo de migrantes ilegales centroamericanos y advirtió que luchar solos “tomará más tiempo”. Honduras, Guatemala y El Salvador presentaron en septiembre a funcionarios de EU un plan para mejorar sus economías a través de inversiones en infraestructura que requiere de unos 10 mmdd.