A cuidarse de los falsos predicadores convocó ayer la Arquidiócesis de San Luis Potosí, al conocer de la actuación de algunas personas que se han hecho pasar como sacerdotes con una encomienda para la recolección pública de recursos, subrayando que la Iglesia no procede de esta forma y cuando realiza acciones de esta naturaleza lo hace con el respaldo y cabal conocimiento de los párrocos.
El sacerdote José de Jesús López Castillo dijo que en situaciones como estas algunos vivales, audaces, se hacen pasar por sacerdotes o seminaristas para sorprender la buena fe de las personas: “se trata de personas astutas en las cosas de la tierra, que abusan del buen corazón de nuestra gente” –indicó. Advirtió que la reciente aprehensión de un falso sacerdote en San Luis Potosí es la punta de una pirámide, pues este personaje no es el único que ha acudido a tal estratagema.
López Castillo dijo que entre los males, el menor, pues se trata de personas que si bien ocasionan un daño, no actúan con violencia, como otros delincuentes; sin embargo sus actos no tienen justificación, condenó.
Insistió en su llamado a la feligresía a “cuidarse de los falsos predicadores y de los falsos seminaristas”. Estos personajes suelen actuar en los contextos donde el fervor religioso es manifiesto, en las inmediaciones de las fiestas patronales, como es el caso del culto popular a la Virgen de Guada-lupe.
La detección de los mismos –dijo—, no resulta fácil porque son muy astutos; “hoy están en alguna parte realizando sus estafas, mañana están en otro lado”; refirió un caso que le tocó conocer cuando un grupo de personas que se hacían pasar como seminaristas convencieron a una feligresa para que les ayudara a ponerse en contacto con otras a fin de realizar una colecta en pro del seminario, pero tan pronto como cumplieron con su propósito, desaparecieron.
Para evitar esto, dijo el sacerdote, lo mejor es que se tome contacto con el párroco, a fin de que se acredite perfectamente a las personas y se verifique que, en efecto, cumplen con una comisión oficial, autorizada.
Esto ocurre con cierta frecuencia, y en especial, en el marco de las festividades religiosas, en las fiestas patronales y en los cultos tradicionales como el que se encuentra en marcha para honrar a la Virgen de Guadalupe.