La artista originaria de Filadelfia Sarah Crowner presentará una obra conjunta de pintura e instalación. Interiores es una exposición que incluye lienzos para combinar con el piso de cerámica, hecho con el diseño de Sarah.
La exhibición es literalmente sobre los interiores del espacio, en particular de la Galería Travesía Cuatro (Avenida la Paz 2209), con sede en la Casa Franco. Me intereso en la historia del diseño de interiores.
La Casa Franco es una obra arquitectónica de Luis Barragán, arquitecto al que Crow-ner conoce desde tiempo atrás:
«Conocía la obra de Barragán desde mis estudios, pero más su obra de los cincuenta en adelante.
De hecho no sabía que era de Guadalajara. Conocía más lo moderno, las cosas mayores que hizo en la Ciudad de México», dijo en entrevista con este medio.
Igualmente la relación entre las artes plásticas y la arquitectura es una inquietud de Sarah: «Me he interesado en la pintura como se acerca a la arquitectura.
En Barragán hay una conexión entre la idea del interior y el exterior.
Eso me inspiró a hacer esta plataforma: también porque comienza en el interior pero llega hasta el exterior.
Fue muy ambicioso hacerlo aquí, de no ser en Guada-lajara hubiera sido imposible hacerlo, porque no sólo es una habitación, es el piso de todo el inmueble», comentó.
Además, la cerámica que utilizó para la instalación es hecha en México.
Atraída por las figuras geométricas, en esta ocasión trajo lienzos con texturas y colores homogéneos, rozando la monocromía: «Crea una sensación del blanco sobre el blanco:
La blancura de las pinturas va muy bien con la blancura del suelo. El marco naranja resalta, tiene cierto brillo crea una presencia, casi de una forma fantasmal».
Para la artista «La elección para el color de los marcos es algo instintivo». El acercamiento a las instalaciones surgió por su técnica de unir piezas para concretar un lienzo mayor.
Coincide con cómo haces sus lienzos: «En la misma forma en que hago mis obras, uniendo pedazos para concretarlas, es lo mismo con el suelo».
Como creadora de instalaciones este ha sido su primer año, con dos presentaciones en Bruselas y Nueva York. Guadalajara es la tercera, y espera que la reacción sea diferente.
Pues sabe que la gente está más acostumbrada a la cerámica: «Estoy ansiosa por ver que la gente venga a ver la instalación, y que camine sobre ella. Me gusta ver la reacción de las personas», afirmó. Son siete los lienzos que Sarah trajo a Guadalajara, pero no toda su obra es monocromática: los críticos han resaltado una reminiscencia del arte minimalista del arte estadounidense de la década de los sesenta.
La exposición se completa con otra instalación, del artista Pablo Dávila.
Su pieza tiene lugar en el espacio de experimentación para los artistas que la galería no representa, pero que desea invitar para dar mayor diversidad a su oferta.
Para Crowner la obra de Dávila también tiene una relación con la arquitectura.