El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pidió hoy a la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) apostar por una mayor regulación de internet, en un momento en que ese órgano se plantea permitir que la industria cobre por un acceso a la red prioritario y de más velocidad.
En un comunicado, Obama se pronunció sobre un debate que ha dividido a la industria y los activistas de internet y que gira en torno al principio de «neutralidad en la red», según el cual se debe garantizar el acceso igualitario a la red de todos los proveedores de contenidos, sin ofrecer canales prioritarios.
«Durante casi un siglo nuestra ley ha reconocido que las compañías que te conectan con el mundo tienen obligaciones especiales de no explotar el monopolio del que disfrutan para acceder a tu hogar o negocio», indicó el mandatario.
Obama señaló que, si los proveedores de telefonía móvil permiten llamar sin problemas a un cliente de otro proveedor, «es de sentido común que la misma filosofía guíe cualquier servicio basado en la transmisión de información, ya sea una llamada telefónica o un paquete de datos».
Esa posición alinea a la Casa Blanca con los activistas de internet, que consideran que la FCC debe reclasificar a la red como un servicio de utilidad pública, para asegurar que puede regularse e impedir que se formen canales de acceso rápido para quienes paguen más.
En cambio, las grandes compañías consideran que esa medida «pondría en riesgo la inversión y la innovación que caracteriza la industria de las telecomunicaciones portátiles, valorada en 196 mil millones de dólares» tal y como resumió hoy la asociación CTIA, que respalda a los gigantes del sector.
«Imponer una regulación anticuada (…) al vibrante ecosistema móvil sería una flagrante exageración que ignoraría las opiniones bipartidistas de miembros del Congreso y de la FCC (…) y amenazaría la capacidad de los proveedores de invertir e innovar», dijo en un comunicado la presidenta de CTIA, Meredith Attwell Baker.
La FCC, un organismo independiente del Gobierno, tiene previsto tomar una decisión pronto sobre cómo regular la red, algo que determinará si los proveedores de internet pueden, por ejemplo, cerrar acuerdos con servicios como Netflix o Youtube para que sus contenidos sean accesibles más rápido que otros.