Pumas descarriló a Cruz Azul

Apenas con las uñas pero Pumas aún se sostiene en la Tabla General para aspirar a la Liguilla tras derrotar 2-0 a Cruz Azul en el Estadio Azul.
Pese a que fueron exhibidos en la defensa una y otra vez, los felinos se aferran a la idea de participar por el título y todo gracias a las atajas de Alejandro Palacios y las increíbles fallas celestes.
Sin embargo, la balanza se inclinó a favor de Pumas por un error arbitral de Ricardo Nieves y del asistente dos Israel Valenciano Torres.
Ambos avalaron que el balón seguía en el terreno de juego durante un desborde de Ismael Sosa a los 14′ minutos cuando el esférico ya había cruzado la línea final.
Esa jugada terminó con pase diagonal para Javier Cortés, quién disparó al marco y pese la atajada de Jesús Corona se concretó el 1-0.
Fue la mejor opción de los universitarios que a partir de ese momento sacaron las garras para defenderse ante unos cementeros que los superaban en velocidad, disparos y posesión pero nunca en precisión en el último toque.
A los 22′ minutos, luego a los 29 y a los 30′ los celestes probaron las agilidades de «Pikolín II», quien tuvo que arriesgar el físico para salir por el balón o para lanzarse tras disparo de Pablo Barrera.
Raudo y veloz, el arquero de los felinos hasta evitó un disparo frontal de Mauro Formica a los 43′ minutos tras una pared de Mariano Pavone.
No fue la noche del «Tanque» pues además de irse en blanco en lo que podría ser el último juego en el Estadio Azul este 2014, el atacante fue expulsado por doble amonestación y dejar así a su equipo en desventaja numérica.
De la mano de Eduardo Herrera, los visitantes generaron contragolpes pero no podían concretarlos a pesar de que uno fue un mano a mano de Dante López ante Corona pero adelantó el balón.
Hasta qué Daniel Ramírez habilitó a Herrera al 92′ y éste sólo frente a Chuy definió con disparo rasó para lograr el 2-0.
Con el triunfo, Pumas llegó a 21 puntos y aún se aferra ser uno de los invitados a la Fiesta Grande tras provocar el descarrilamiento de la Máquina celeste en un duelo vibrante de principio a fin.