Para mejorar la atención que brinda el Comedor de La Esperanza a personas en condiciones de alta vulnerabilidad y pobreza, administrado por Cáritas diocesana, esta asociación civil y la Secretaría de Desarrollo Social suscribieron un convenio de colaboración para la dignificación de este espacio, con una inversión de casi 159 mil pesos.
A la entrega de los trabajos que consistieron en la colocación de vitro muro en la cocina e implicarán la pintura del comedor y las fachadas, asistió Fidencio Lázaro Hernández, delegado de la SEDESOL, así como el sacerdote Rubén Pérez Ortiz, titular de la Pastoral Social de la Arquidiócesis de San Luis Potosí, Benjamín Moreno Vicario General y Geraldine Estrada, coordinadora del proyecto del Comedor de la Esperanza.
Lázaro Hernández reconoció la valía de las Organizaciones de la Sociedad Civil en la lucha por cerrar la brecha de la desigualdad social en San Luis Potosí y en México, así como por la constante de mostración de que, con esfuerzo, compromiso y coordinación, es posible acceder a la justicia con un profundo sentido humanitario.
Se aclaró que el costo de la remodelación del Comedor de la Esperanza absorbió una inversión de 275 mil 558 pesos, de los cuales Cáritas realizó el aporte de 117 mil. Con ello se estará en condiciones de atender alrededor de 360 personas a lo largo de la semana, de lunes a sábado.
El apoyo ofrecido por el gobierno federal a Cáritas para este proyecto humanitario se desprende de los fondos de que ha sido dotada la Campaña Nacional contra el Hambre, encabezada por el presidente de la república, Enrique Peña Nieto.
Además de lo señalado los recursos fueron suficientes para adquirir y poner en funcionamiento una parrilla de acero inoxidable, un fogón, un extractor de humo, y equipamiento diverso para atender a las personas que acuden al lugar en busca de alimentación.
Benjamín Moreno y Rubén Pérez Ortiz agradecieron la colaboración de las autoridades federales, así como de los integrantes de Cáritas, para aportar un grano de arena en el desafío de cerrar las brechas de la desigualdad, la pobreza y la injusticia que niegan a las personas la satisfacción de sus necesidades tan básicas y elementales como es la comida.