La presidenta brasileña y aspirante a la reelección, Dilma Rousseff, depositó hoy su voto en Porto Alegre, capital del estado de Rio Grande do Sul, tras reconocer que la campaña electoral, la más impredecible en los últimos 25 años, tuvo «momentos lamentables» .
La mandataria llegó al local de votación poco después de las 8.30 hora local (10.00 GMT) y antes de votar saludó a los miembros de la mesa instalada en la escuela pública Santos Dumont, en el barrio de Assunção.
La presidenta, quien se mostró sonriente y relajada, posó para los fotógrafos y bebió hierba mate en «chimarrón» antes y después de emitir su voto.
Poco antes de acudir al colegio electoral, Rousseff participó en un desayuno en el que reconoció que la campaña electoral de este año «fue diferente» y tuvo «momentos lamentables» , «en los que el nivel no fue muy alto» .
«Tuvo momentos lamentables, formas de trato indebidas y creo que eso fue rechazado por la población. Creo que a la población no le gustó» , comentó Rousseff, quien precisó, no obstante, que no toda la campaña estuvo marcada «por el bajo nivel» .
En las últimas semanas, la presidenta y el líder opositor, Aécio Neves, protagonizaron una de las campañas electorales más combativa de los últimos años, en la que abundaron los ataques personales, las falsas acusaciones, las provocaciones y las ofensas.
Está previsto que 142,8 millones de votantes regresen este domingo a las urnas para elegir a su presidente para los próximos cuatro años y a 14 de los 27 gobernadores, en una elección en la que no hay por el momento un claro favorito.
Neves emitirá su voto en su cuna política, Minas Gerais, el segundo mayor colegio electoral del país, que en la primera vuelta fue favorable a su adversaria por un estrecho margen del 3,73 %.