El procurador de Guanajuato, Carlos Zamarripa, intenta criminalizar al testigo principal en el caso de Ricardo de Jesús Esparza Villegas, estudiante de la Universidad de Guadalajara (UdeG) que murió el fin de semana pasado en aquella entidad bajo circunstancias poco claras, denunció el rector de la casa de estudios, Tonatiuh Bravo Padilla.
En tanto, en la ciudad de Guanajuato el secretario de Gobierno, Antonio Salvador García López, recibió a una comisión de estudiantes ante la cual se comprometió a esclarecer los hechos. Negó, además, que se haya criminalizado a víctima y testigo.
Sin embargo, en rueda de prensa en la capital tapatía, Bravo Padilla señaló que en una entrevista a una televisora el procurador Zamarripa soltó la idea de que los jóvenes estaban alcoholizados y eso, “de antemano, es descalificar cualquier versión”.
Según el rector, Zamarripa mintió en tres ocasiones durante esa entrevista: primero, al señalar que el rector del Centro Universitario de los Lagos había estado presente cuando los agentes ministeriales de Guanajuato fueron a tomar la declaración del testigo principal.
“Es mentira, porque los ministeriales de Guanajuato no lo permitieron”, sostuvo. Dijo que el procurador también acusó a la UdeG de no estar colaborando con las investigaciones, pues el martes pasado los agentes ministeriales que llegaron a Jalisco no pudieron localizar al joven para registrar su versión de los hechos.
“No estuvo presente porque su domicilio familiar es en Tepatitlán y fue a su casa; además él solicitó asesoría para saber las implicaciones de sus declaraciones y es por eso que vino aquí (a la rectoría) con el abogado general. Por eso regresó hasta las 10 de la noche a Lagos”, indicó.
El rector aseguró, además, que Zamarripa afirmó la mañana de este jueves que el testigo se contradice, lo que —consideró— significa que no está bien informado y está descalificando de antemano una declaración sin analizarla a fondo.
El testigo es Daniel de León y se presentó ante los medios este jueves, junto al rector de la UdeG y otras autoridades universitarias; hasta ahora es la última persona que vio con vida a Ricardo y sostiene lo que declaró este miércoles ante los agentes ministeriales que lo interrogaron.
“A Ricardo lo interceptan dos policías, uno lo toma por detrás del cuello y otro del brazo, se lo llevan detenido y a mi no me dejan acercarme (…) corrí a darle la vuelta para localizar a mi amigo para ver en qué patrulla lo suben, pero desgraciadamente no pude hacerlo… esa fue la última vez que lo vi con vida”, comunicó el joven entre pausas, tratando de contener algo que no lo deja en paz.
En la conferencia también estuvo Rosa María Villegas, madre de Ricardo. Dos de sus hijas la flanquean, ha acudido para dar avances del caso; una tristeza invisible la ronda y ella intenta vencerla con la palabra, buscando la verdad.
“A mi hijo le quitaron la vida y quiero alzar la voz para que ninguna madre esté sufriendo lo que yo estoy sufriendo (…) no tengan miedo de hablar, somos aztecas, tenemos sangre de lucha, somos mexicanos y no debemos permitir que se mate a nuestros seres queridos impunemente”.
Yadira López, una de sus hijas, insiste: “no tengo que decirles que mi hermano era bueno y se esforzaba (…) lo que quiero es que nos apoyen para armar este rompecabezas, hay mucha gente que estuvo en el Cervantino y lo que no vio uno lo vio otro (…) sólo armando ese rompecabezas sabremos lo que le pasó a mi hermano”.