Ayer la mañana era fría, Vicente Corona Arce y Eligio Degante Rodríguez se refugiaban en el calor de un café y en unos tamales antes de comenzar la cobranza de espacios en la calle.
Estaban frente a varias cajas de verduras en la esquina de la avenida Covarrubias y Poniente 15.
Hasta ahí, cuando terminaban su desayuno, llegaron varios hombres armados, quienes viajaban a bordo de una camioneta.
Al menos tres detonaciones se escucharon, los tianguistas corrían y gritaban temiendo por sus vidas, pero casi de inmediato se dieron cuenta de que el ataque fue directo contra su líder, Vicente Corona, quien recibió un ba-lazo en la cabeza.
Los agresores escaparon a toda velocidad del lugar, mientras los comerciantes trataban de auxiliar al jefe de la Organización de Generación Solidaria y a su acompañante, quien recibió un balazo en el abdomen. Al lugar llegó una ambulancia de Protección Civil, cuyos para-médicos confirmaron la muerte del líder tianguista y trasladaron a Degante Rodríguez a una clínica cercana, donde falleció. No se atrevieron a tocar las evidencias
Siete veladoras colocadas por sus agremiados rodearon el cuerpo de Vicente. Nadie se atrevió a tocar los termos en los que minutos antes un café caliente reconfortaba a las dos víctimas; también tres monedas de un peso y dos de cincuenta centavos permanecieron en la escena del crimen.
Sobre el pavimento sólo quedaron las envolturas de los tamales, las marcas de dos casquillos que fueron encontrados luego del ataque y un camino de cal que cubría los pequeños charcos de sangre.
Autoridades de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México comenzaron las investigaciones para definir el móvil del ataque, que podría estar relacionado con las actividades que desempeñaba el líder tianguista, cuya tarea era cobrar el espacio que ocupaban los comerciantes para vender.
