Los desparecidos no es un problema político, es un tema moral porque implica a toda la sociedad. Hay un cinismo de fondo en las autoridades que hacen o permiten la desaparición».
La palabras son de Mempo Giardinelli, escritor argentino que estuvo refugiado en México en la época de la dictadura militar de su país natal durante un mesa de análisis en el Festival de la Palabra de Puerto Rico.
«(Jorge Rafael) Videla llegó a decir, en el colmo del cinismo, que el desaparecido es el que no está ´», apunta el tambén periodista y autor del libro «Santo oficio de la memoria» (Ediciones B, 2004).
Añade a su ponencia: «Olvidar no es una opción ni en Argentina, ni en Chile, ni en Colombia, ni en México.
Es importante obligar a que se den explicaciones, porque esto es una lucha moral. Nadie busca saber la verdad por una cuestión política, esto va más allá de credos o partidos, sino por la moral de un país.
Giardinelli dice que no puede haber una sociedad democrática sin que se tomen en cuenta tres elementos básicos en este tema. Primero la memoria, luego la verdad verdad y finalmente la justicia. El perdón viene después».
Antonio García Angel, escritor colombiano, recuerda que los primeros desparecidos de ese país están fundamentalmente vinculados a las guardias blancas o grupos paramilitares, «pero no hay que olvidar que los paras (paramilitares) nacen de los narcos, no son distintos.
«Cuando hablamos de desaparecidos, abunda, las cifras se vuelven opacas porque no hay referencias y muy fácilmente pueden darse cifras contradictorias. Los importante no son las cifras, sino las historias, porque la narrativa es insuperable por su capacidad de conmover».
