De ser una chica religiosa que cantaba en el coro de su iglesia (donde su padre era pastor), Katy Perry se ha convertido en ídolo de millones por aferrarse a su “sueño adolescente”: ser una pop star y, además, gritar a los cuatro vientos que “besó a una mujer y le gustó”.
El camino de Katy, como le dicen desde pequeña su familia y amigos a Katheryn Elizabeth Hudson, no ha sido sencillo y ella ha afirmado que es fruto de la obstinación. Pasó de ser rechazada en más de una ocasión por las disqueras hasta ser bailarina y modelo.
Desde pequeña Perry se sintió distinta y eso la hizo destacar pero también ser rechazada por los chicos.
“Siempre era graciosa, era como la payasita de la clase, era muy torpe y eso llamaba la atención de los profesores.
Pero nunca tuve éxito con los chicos, no era linda y además era como una torpe adolescente”, señaló a la revista Rolling Stone.
Tras dejar a su familia en busca de su sueño, llegó el momento que andaba esperando con su disco One of the Boys.
Segundo en su carrera, con el cual comenzó a ser reconocida y que le abrió las puertas del éxito.
“No me pongo loca con esto de la fama, algunas personas son tan dramáticas al respecto, honestamente, no me considero la súperestrella, no soy más que una simple artista, estoy agradecida por el apoyo de los fans, pero no estoy sedienta o desesperada por fama”, detalló a la revista.
Perry es la cantante más consistente de la última media década.
Es la intérprete que ha logrado posicionar más temas (11) en la lista Billboard Pop Songs. Esto, le ha permitido expandirse como empresaria con su línea de perfumes. En 2012 recibió el título de la Mejor Mujer del Año.
Katy festejará la próxima semana 30 años, pero previo a eso regalará a su público mexicano dos shows en la ciudad como parte de la gira de su disco Prism.