El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación ( SNTE) informó que el año pasado ejerció un presupuesto de mil 438.8 millones de pesos, de los cuales casi cuatro de cada 10 pesos se gastaron en viáticos, traslados, arrendamientos, comunicación y publicidad.
El fondo de resistencia sindical y lo que se otorgó a las 61 secciones sindicales para su funcionamiento, operación de programas y objetivos de lucha ascendió 513.3 millones de pesos, lo que representó poco más de tres de cada 10 pesos, se revela en el Observatorio Público de Transparencia de esa organización.
El comparativo respecto a años anteriores, según el sindicato, no revela el promedio de incremento del fondo, pero hubo un aumento de 41.39% a los recursos que se destinaron a “la consecución de sus objetivos de lucha sindical”, al pasar de 302 millones, en promedio en años anteriores, a 427 millones de pesos.
Los recursos presupuestales del SNTE en 2013 fueron semejantes a la inversión que prevé realizar el gobierno federal para financiar 166 proyectos carreteros en el país en 2015, a través de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
También se equipara con el presupuesto de la Secretaría de la Función Pública en 2014, o poco menos de los recursos que se le asignaron a todo el sistema Diconsa para garantizar el abasto de productos básicos en casi 25 mil 500 tiendas de las zonas rurales de alta y muy alta marginación.
Al lanzar su portal de transparencia, el SNTE reveló también, por primera vez, la distribución de los recursos que captó, pero sigue sin precisar a cuánto ascienden las cuotas que otorgan casi poco más de un millón 700 mil trabajadores.
En la presentación del Observatorio Público de Transparencia e Información del SNTE, el líder gremial Juan Díaz de la Torre aseguró que es una expresión de la “apertura a la que, por voluntad propia y de cara a la sociedad, asume [la organización]; y es también un instrumento para que los trabajadores evalúen el cumplimiento de la dirigencia”.
Usos políticos
Roberto Rodríguez, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), aseguró que el reporte financiero del SNTE permite ver sólo una parte de la fotografía total de los recursos que ingresan a la organización, puesto que, entre otros puntos criticables, se observa omisión en las fuentes de su financiamiento, aún más ante cantidades millonarias de recursos para un gremio.
Al final, dijo, el Observatorio “sólo es la punta del iceberg, en principio es un esfuerzo que requiere convertirse en un acto efectivo de rendición de cuentas”.
Manuel Gil, investigador de El Colegio de México, coincide y plantea que el Observatorio es un ejercicio de “transparencia opaca que no rinde cuentas”, pero sí habla de los recursos millonarios que son manejados por el sindicato, al considerar que el monto de los fondos que ejerció no se equipara a los 500 millones de pesos que el gobierno federal destinó para impulsar la reforma educativa.
Tan sólo la cantidad de recursos que el SNTE suma al fondo de resistencia sindical “nos muestra lo que sería una partida de recursos que la organización utiliza como apoyo a la política oficial”, considera el especialista. “Hace decenios que el sindicato no hace una huelga, por lo que bien pueden ser recursos de apoyo para uso político”, dijo.
Los ‘olvidos’
Un semestre después de que se anunció el Observatorio, y a casi un año de que se firmó un acuerdo con el Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI), en cumplimiento con la Ley de Transparencia, el SNTE abrió el portal en el que a través de cinco plataformas generales aborda asuntos como la comunicación y la certezas laboral con sus agremiados.
El Observatorio agrupa información sobre calidad educativa y de investigación; los medios para mantenerse en cercanía con los agremiados, tales como el avance en el proceso de credencialización, en el cual han confirmado la adhesión de más de 900 mil trabajadores; sobre los programas de protección civil desarrollados; acciones para mejorar los hábitos de salud y programas de becas; los mecanismos para acceder las pensiones y préstamos; apoyo para la renovación vehicular; dotación de tecnología y retiro para los trabajadores.
En este ejercicio el SNTE omite, además de los detalles sobre los ingreso como las cuotas sindicales, el salario que asigna a cada uno de los integrantes de la dirigencia nacional que encabeza Juan Díaz de la Torre.
Sin hacer un desglose puntual, señala que el pago de la nómina del sindicato asciende a 285.5 millones de pesos, incluidas las prestaciones.
Sobre el ejercicio presupuestal, el periodo que informa el Observatorio corresponde a los primeros casi tres meses de 2013, en los que el sindicato más grande de América Latina era presidido porElba Esther Gordillo, hoy presa, acusada de desvío de las cuotas de la organización, lavado de dinero, defraudación fiscal y delincuencia organizada.
Aunque se da a conocer que la información recabada es hasta el mes de julio de 2014, las cifras sólo corresponden a ese año, que incluye los primeros meses de gestión de Díaz de la Torre, quien hoy encabeza la organización.
El desglose
Los gráficos del reporte señalan que en total el SNTE ejerció mil 438.8 millones de pesos, de los cuales 558.2 millones de pesos corresponden al pago de servicios financieros, arrendamiento, traslados, viáticos, comunicación y publicidad. La cifra representa 38.8% del total de fondos.
La segunda partida del gasto, en monto, es la que se asigna a las 61 secciones sindicales “para el desempeño de acciones, proyectos acordados, los objetivos de lucha y el fondo de resistencia sindical”, que es de 513.3 millones de pesos.
Esa cifra está compuesta por 426.5 millones de pesos para la gestión de poco más de 300 dirigentes en todo el país, es decir, 322.5 millones de pesos que van a dar al llamado “fondo de lucha” y 104 millones de pesos para las secciones en los estados para el desempeño de acciones y proyectos acordados.
Además, se suman 86.8 millones de pesos (6%) del denominado “fondo de resistencia sindical”. Se constituye de “5% de los ingresos mensuales de los comités ejecutivos, así como las cuotas extraordinarias o aportaciones voluntarias de los miembros del sindicato”.
El SNTE describe que ese “fondo de resistencia sindical constituye la reserva para sufragar gastos de luchas sindicales o movimientos de huelga”.
De tal forma que para la operación de la dirigencia nacional, el SNTE destinó 513.3 millones de pesos, lo que representó poco más de tres de cada 10 pesos.
Es que lo Manuel Gil Antón señala como recursos que se asignan para “apoyo y uso político o de la política oficial”.
Entre otros rubros, además del de nómina que absorbe casi 20%, está el pago de 61.5 millones de pesos (4.3%) para la compra de combustibles, productos químicos y farmacéuticos, alimentos y utensilios, vestuarios, blancos u artículos deportivos y protección, emisión de documentos oficiales y el pago de bienes muebles, inmuebles e intangibles.
En un comparativo, el reporte señala que el pago de la nómina en 2013 bajó en 105 millones de pesos respecto a “años anteriores”, pero sin especificar el periodo de referencia o proporcionar una evolución de las cifras. Dice que la nómina pasó de 663 millones de pesos a 558 millones de pesos.