La segunda reunión entre la comunidad intelectual y artístico-cultural de San Luis Potosí con las autoridades de las secretarías de Cultura y General de Gobierno, se caracterizó, de nueva cuenta por la rispidez del acercamiento.
Ignacio Betancourt y David Madrigal, integrantes del Colectivo “Es Hora de Hacernos Agua” y catedráticos e investigadores del Colegio de San Luis, así como el profesor Carlos López Torres, miembro del Colectivo Magisterial “Sembradores”, en representación de 362 artistas potosinos, usuarios del Centro Cultural “Mariano Jiménez”, reclamaron claridad en el proyecto de conversión de la vocación cultural que el histórico inmueble, donde naciera y viviera el general insurgente Mariano Jiménez.
Ya en la primera reunión, sostenida una semana atrás, el secretario de Cultura, Xavier Torres Arpi, y sus auxiliares Mauricio Gómez Aranda y Juan Carlos Díaz, exhibieron sus diferencias internas ante el mediador de la Secretaría General de Gobierno, el subsecretario Elpidio Salinas, observó Betancourt Robles.
Además, solicitaron a los funcionarios una razón fundada sobre el por qué, una vez que fue aprobada la Ley Estatal de Cultura no se ha elaborado, consultado y publicado en el Periódico Oficial del Estado, como marca la ley, el correspondiente reglamento, que debió emitirse y publicarse en un máximo de 180 días luego de que fuera aprobad a la Ley estatal de Cultura por el Congreso del Estado.
Por otra parte, se observaron incongruencias en cuanto a la denominación del mencionado proyecto por la que se busca convertir la cada del héroe de la independencia nacional en un Centro de Nuevas Tecnologías o en un Centro de Arte Cultura y Nuevas Tecnologías. El fundamento que hasta ahora han expresado es el del deseo de la SECULT de hacer de la casa natal del general Mariano Jiménez “un espacio virtual” dedicado a su figura.
También se reprochó el que dicho proyecto no haya sido objeto de consulta, no sólo a la comunidad artística y cultural, sino a la ciudadanía en general, por lo que dicho proyecto fue tildado como un mero “capricho” del titular de la SECULT.
De igual manera se cuestionó la responsabilidad de la SECULT y del INAH, en lo que se refiere al mantenimiento de la residencia de Mariano Jiménez, que se encuentra a merced de las humedades y que ya han afectado, con hongos y salitre, dos murales y las diversas paredes, además de que, inopinadamente se han permitido que la dirección del Centro Cultural realice modificaciones del espacio original de la casa inscrita en el padrón de los bienes patrimoniales históricos y culturales de los potosinos y los mexicanos.