Admite Iglesia Católica no haber apoyado a las familias en su crisis

Los fenómenos que acechan, afectan, vulneran, agravian y pulverizan a la familia humana no son desconocidos para la Iglesia que, a través del sínodo de los obispos, convocado por el Papa Francisco, se dispone a encarar, aseveraron los integrantes de la Pastoral de la Familia, Gabriela Dahuajare y Héctor Cabral.

Tras informar que este sábado, en el Instituto Salesiano Carlos Gómez, ubicado en Fray José de Arlegui, colonia jardín, tendrá efecto el Segundo Congreso Arquidiocesano de la Familia, Dahuajare y Cabral, acompañados por el presidente de la Pastoral de la Familia, el sacerdote Pedro Sánchez Solís, analizaron los contenidos de la resultante del sínodo de los obispos de Roma, quienes han puesto “en el tapete”, los temas de la violencia intrafamiliar, el divorcio y la homosexualidad, entre otros problemas que acechan y desbordan a la familia, en el marco de la responsabilidad de la Iglesia.

Pedro Sánchez Solís reconoció que la Iglesia no ha sido ducha en el acompañamiento de las familias en ninguno de estos rubros de la interacción social; el reconocimiento de la problemática multiarística de la familia humana y católica será un punto de partida para que la Iglesia se asuma como corresponsable, tal y como ha instruido el Papa Francisco.

En el marco del Segundo Congreso Arquidiocesano, se presentará el sábado 25 de octubre, como ponentes magistrales, al Ingeniero Químico Fernando Rivera barroso, con el tema “Los desafíos pastorales de la familia”; a la doctora Marcela Chavarría Olarte, con “El significado trascendental de la paternidad en la vida familiar” y al abogado Marco Tulio Mendoza López, con la exposición temática de “La fe, el mayor regalo para los hijos”.

En la entrevista de ayer el presidente de la Pastoral de la Familia, Pedro Sánchez Solís, subrayó los impactos negativos a la sociedad que se desprenden de una interacción violenta entre los integrantes de una familia. Las agresiones intrafamiliares, no obstante, no se concretan sólo a la violencia física, pues, recordó, se ejercen otros tipos y modalidades de violencia; psicológica, verbal y económica, destacó.

No hay que descuidar que la violencia que hoy impacta al corpus social tiene origen en la familia, de ahí que la atención de la familia sea considerada como un gran desafío para la Iglesia, pero también lo es para los integrantes de la familia, para la sociedad y para las instituciones públicas y privadas, que no están contribuyendo a la transmisión de valores.

Sánchez Solís dijo que esta situación se ha traducido en la conversión de las instituciones en emisoras de violencia, como ha ocurrido en el caso del ataque armado y de la desaparición forzada de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Ignacio Burgos, de Ayotzinapa, en el municipio de Iguala, Guerrero.

Describió la violencia institucional como un ente “maquiavélico” impermisible; y esto ocurre, dijo, cuando es claro que se ha perdido todo sentido humanista, cuando se vulnera, se afecta y ataca de esta manera la dignidad de la persona humana.
Y es que el tema de la violencia que surge en las relaciones familiares, se traduce y reproduce en el ente social y en sus instituciones, advirtió el sacerdote.