López Portillo, el presidente profeta

Pocos mexicanos podrían expresarse bien del ex presidente mexicano José López Portillo a quien todavía lo acusan de grandes barbaridades en contra de México y de su desarrollo a finales de los 70 y principios de los 80.
Los pocos mexicanos que recuerdan positivamente a este presidente, lo recuerdan como una persona sensible, amistosa y con una visión de bienestar global.
Un discurso que dio López Portillo en la Organización de las Naciones Unidas, el 01 de octubre del 1982, avisaba con casi carácter de profético del control económico de las grandes potencias para ir dejando en la miseria a los “países del sur” (escúchese México).
Amable lector, aquí unos extractos de ese memorable discurso. “La preocupación y ocupación más constante de México en el ámbito internacional es el tránsito hacia un nuevo orden económico. [. . .] La reducción de las disponibilidades de crédito para los países en desarrollo tiene serias consecuencias, no sólo para ellos, sino para la producción y el empleo de los países industriales. No sigamos en este círculo vicioso.
Podría ser el principio de un nuevo oscurantismo medioeval sin posibilidades de renacimiento. [. . .] Los países en desarrollo no queremos ser avasallados.
No podemos paralizar nuestras economías y hundir a nuestros pueblos en una mayor miseria para pagar una deuda cuyo servicio se triplicó sin nuestra participación ni responsabilidad, y cuyas condiciones nos son impuestas.
“Hemos sido un ejemplo vivo de lo que ocurre cuando esa masa enorme, volátil y especulativa de capital recorre el mundo en busca de altas tasas de interés, paraísos fiscales y supuesta estabilidad política y cambiaria.
Descapitalizan a países enteros y causan estragos en su camino. El mundo debe ser capaz de controlarlos.
Es inconcebible que no podamos hallar la fórmula que, sin coartar tránsitos y flujos necesarios, permita regular un fenómeno que daña a todos”.
Si estas palabras de López Portillo hace 32 años concuerdan con la verdad actual de México, no es mera coincidencia. José López Portillo, descanse en paz.