Pena de muerte no está justificada, dice jurista de la UASLP

La pena de muerte no se encuentra justificada en ningún marco legal ya que esta condena no concuerda con el principio básico de política criminal, el respeto a la dignidad humana, consideró el especialista en de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, maestro Fernando López Díaz de León.

Esto en el marco de la conmemoración del “Día mundial contra la pena de muerte”, al respecto explicó que la pena de muerte, es una de las acciones que actualmente  se practica en algunos países como una política criminal y forma de represión del fenómeno delictivo.

El maestro López Díaz de León expuso que la autoridad de los países que la incluyen en su catálogo de sanciones, ven a la “pena capital”, como un ejemplo para que la sociedad, a través del miedo reduzca el índice delictivo.

No obstante, aseguró que los indicadores apuntan a que pese a la aplicación de la pena de muerte, el nivel de crimen no ha ido a la baja, tal es el caso de países como China.

En el caso de México, dio a conocer que la pena de muerte se desterró del catálogo de las sanciones, y el jurista hizo memoria al recordar que la última ejecución con esta sanción se dio en el estado de Chihuahua, bajo un juicio y una sentencia con las formalidades debidas.

También explicó que en San Luis Potosí el 6 de junio de 1968 se eliminó del catálogo de las sanciones la pena de muerte, anterior a este acuerdo el castigo estaba incluido en el decreto 207.

El maestro Fernando López comentó que en la entidad potosina se llegó a condenar a pena de muerte a algunas personas, aunque agrega que se llegaron a permutar estas sanciones por otras en el Supremo Tribunal.

Por ello opinó que la pena de muerte principalmente afectó a la población humilde, que no tenía posibilidad de interponer un recurso legal para modificar la pena; “En México no se castiga el delito, se castiga la pobreza”, señala.

Dio a conocer que según la historia del Derecho, en la Penitenciaria de San Luis Potosí, alrededor de 1933, en los patios de la prisión fue fusilado un capitán, acusado por suministrar armas al enemigo durante la guerra de los cristeros.

Del mismo modo el catedrático universitario indicó que la pena de muerte no tiene ninguna utilidad, pues no satisface al delincuente, ni a la familia de la víctima; lo único que trae es el resentimiento y cadenas de injusticia, por lo que se puede llegar a generar más violencia.

Y pese a que en algunos países de los que se practica la máxima pena se han esforzado por buscar alternativas menos tortuosas para ejecutar al criminal, el proceso para el incriminado y su familia son dolorosos.

Finalmente aseguró que la estrategia es que los países donde se aplique la pena de muerte deben recordar que la política criminal, para que no se vuelva una criminal política, tiene que perpetuar los principios de ésta que son: el principio de legalidad, el de sociabilidad y el respeto a la dignidad humana.