Nicole Kimpel acompaña a Antonio Banderas también a Sitges

Desde que comenzaran su romance, son inseparables. La bella holandesa que ha conquistado su corazón ha venido a España por primera vez junto a Banderas. Kimpel acudió a visitar al actor a un bosque cercano a Santander, y es que es en tierras cántabras donde el actor rueda su nueva película, Altamira.
Antonio encontró en Nicole de nuevo la ilusión, tras su separación de Melanie Griffith. Después de haber viajado con el actor a Túnez, donde se entrevistaron con el primer ministro de este país, Mehdi Jomaa, volaron juntos a España, lo que supone un paso más en su relación
Horas antes Banderas se dio cita en el Festival de Cine Fantástico de Sitges. Un año más el carismático actor volvió a meterse en el bolsillo a sus admiradores: «Mi vida ha sido como una película de ciencia ficción».
Muy amable y sonriente, Banderas se acercó a los admiradores que le esperaban durante horas en la alfombra roja saludó uno a uno y se hizo fotografías con todo aquel que se lo pidió.
“»Esta gente lleva mucho rato esperándome y me gusta ser agradecido.
Todo lo que nosotros somos se lo debemos a nuestros admiradores, este año está siendo muy bueno para el cine español y hay que agradecérselo al público”, señaló el artista, minutos antes de entrar en el Auditorio de Sitges para presentar Autómata, el filme que ha producido y protagonizado junto a su exmujer, Melanie Griffith, a quien está agradecido.
Esta película fue rodada cuando los actores aún estaban juntos, convirtiéndose en una de las últimas oportunidades de ver a Antonio y Melanie juntos. Mientras el actor presentaba el filme en España, Griffith asistía a una fiesta de la fundación benéfica de Eva Longoria en Los Ángeles.
Banderas se subió al escenario para presentar la película ante un público formado por aficionados al género fantástico “La piel que habito, Entrevista con el vampiro y Autómata son quizás las únicas, pero lo que sí que es ciencia ficción es mi vida», ha reiterado. De joven «soñaba con ser actor profesional», pero se hubiera contentado «con estar en la quinta fila del Teatro de la Zarzuela de Madrid llevando una lanza», por lo que todo lo que le ha pasado en su vida profesional es «increíble».