Estudia Iglesia dar sacramento del matrimonio a personas divorciadas

El Sínodo de la Familia en Roma, convocado por el Papa Francisco, aunque no ha tomado una posición al respecto, sí estudia la posibilidad de que las personas divorciadas puedan, eventualmente, contraer matrimonio.

Lo anterior fue dado a conocer ayer así por el portavoz arquidiocesano, Juan Jesús Priego Rivera, al informar sobre los trabajos de los 161 “Padres sinodales” convocados para analizar la problemática actual de las familias.
Priego Rivera dijo que la instrucción del Papa a los sinodales es que se aborde la problemática integral de la familia, con inteligencia, sensibilidad y, sobre todo, sin miedo en el abordaje de temas que han sido “sensibles” para la Iglesia como el aborto, la violencia intrafamiliar, la homosexualidad masculina y femenina.
La Iglesia reconoce –dijo—, que se ha alejado de estos y otros temas que obran en la realidad cotidiana y que deben analizarse, discutirse y resolverse. En la sesión inmediata anterior, se abordó el tema del divorcio, fenómeno que se ha vuelto recurrente, por lo que se abre el espacio para el análisis y la reflexión sobre la posibilidad de que la Iglesia acepte que las parejas separadas por procedimientos de divorcio, puedan volver a casarse en el marco de la religión.
Si bien este fenómeno no se ha descuidado para los padres sinodales estos han analizado y discutido las diversas alternativas, modelos y propuestas para afianzar y dar solidez y certidumbre a las familias, considerándolas como el núcleo de toda sociedad humana.
De ahí que se haya profundizado también sobre las razones por las que muchas parejas se mantienen unidas fuera del matrimonio religioso, con la finalidad de que estas puedan normalizar su relación en el marco de la fe, en referencia a las circunstancias que las mantienen unidas fuera del matrimonio sacramentado ya que algunas parejas no formalizan su relación por razones económicas.
La Iglesia destacó la importancia de fortalecer las relaciones, los vínculos familiares, para hacer a la familia más fructífera, lejos de los estadios del confort, y enmarcadas en el compromiso, en la responsabilidad, el respeto y la transmisión de valores.