Cosas de la Ciudad

ESCÁNDALO.- Sigue dando material para el cotarro esa deprimente historia que implica al hermano del
gobernador y a tres funcionarios de su administración, que son Cándido Ochoa Rojas, Roberto Naif Kury y Eduardo González Sierra. Esta vez Martín Toranzo Fernández informó haberse retirado de la CONAFOR, a fin de concentrarse en su batalla legal, política y moral contra dichos colaboradores de su hermano. Al preguntársele sobre la opinión del gobernador, dijo: “Yo con ese señor no tengo cercanía desde hace cuatro años”….»aunque lo quiero un chingo» (sic).
NAVISTAS.- Martín aprovechó el momento para recordar su lineamiento navista, «yo no creo en las autoridades mexicanas y en la de San Luis Potosí ya que siempre se han usado políticamente, como las que se efectuaron en territorio potosino, incluída la experiencia propia cuando en 1985 fui detenido por el movimiento cívico de Salvador Nava Martínez».
ÉBOLA.- Tras la muerte de una persona infectada por el mal del Ébola, hospitalizada en Texas, entre habitantes de San Luis Potosí surgió preocupación por la posibilidad de que ese letal virus llegue a nuestra región, debido a la cercanía y a los numerosos intercambios que se realizan con aquel Estado de la Unión Americana. Sin embargo, las autoridades de Salud no parecen compartir esos temores, pues ya noche aún no se emitía comunicado alguno en donde se informara sobre el establecimiento de cerco sanitario o cosa semejante que permitiera a la población potosina protegerse del posible arribo de ese virus.
TERRORISMO.- Aunque no fue multitudinaria, sí fue importante el número de personas que acudieron a la convocatoria de varios colectivos y organizaciones para manifestarse anoche y repudiar lo que a todas luces muestra la existencia del “terrorismo de Estado” en México, luego de los bestiales acontecimientos de Iguala, Guerrero, a fines de septiembre. De otra forma no puede llamarse a lo que tenemos enfrente, cuando son funcionarios del Estado y sus cuerpos policíacos quienes participaron en la desaparición, tortura y asesinato de los niños de Ayotzinapa.
CRIMINALIZACIÓN.- A propósito del establecimiento del “terrorismo de Estado” en nuestro país, en San Luis Potosí no estamos muy lejos de la criminalización de las personas, principalmente de nuestra juventud, así como del abusivo comportamiento en las calles de muchos elementos policíacos de diferentes corporaciones. Después de las 12 de la noche a las personas que caminan por las calles, van en bicicletas o hasta en autos rumbo a sus hogares o hasta a sus trabajos, se les detiene sin ninguna consideración ni justificación. Prácticamente los derechos constitucionales de libre tránsito y de flagrancia han desaparecido.
COMANDANCIA.- El tema de la nueva Comandancia de Policía en el Centro Histórico está convirtiéndose en otro asunto delicado para la administración municipal. En los tiempos de las redes sociales digitales y del empoderamiento de la ciudadanía es difícil que los gobernantes emprendan acciones sin consenso de la ciudadanía, como ya han demostrado otras decisiones del Ayuntamiento, como sucedió con la Foto Infracción, los puentes de Muñoz y el más reciente del proyecto del Jardín Colón. Familias y vecinos de la Antigua Cancha Morelos han encabezado las protestas contra la edificación de esa Comandancia allí.
¿Y EL INAH?- El caso de la Comandancia de Policía en el Centro Histórico ha exhibido la hipocresía, el cinismo y la irresponsabilidad con que se desempeña Juan Carlos Machinena Morales como delegado del Instituto Nacional de Antropología e Historia. En esas funciones, él debió de ser el primero en salir al escenario para impedir el inicio de esas obras en una zona de alto valor histórico de la Capital potosina, por encontrarse allí los vestigios de la antigua Corriente, sitio a donde por muchos años acudió la población a regocijarse con el agua que por allí rodaba. Machinena ha vendido su postura a cambio del salario.
ECOLOGÍA.- La regidora Yadira Salas Niño anunció modificaciones al Reglamento de Ecología del Ayuntamiento de San Luis Potosí, con el propósito de castigar con más rigor a propietarios de negocios que contaminen con ruido por encima de lo establecido en la norma federal, además de aquellas personas que abandonen su basura en horas y sitios no permitidos. Ambas conductas se han convertido en un signo que muestra pobreza cívica y de valores éticos por parte de infinidad de habitantes de esta ciudad. Por ello, tendrán que incorporarse al Reglamento correspondiente fuertes sanciones a quienes cometan esos actos.