Maya Gabeira, intrépida “amazona” del Surf

El amor por las olas impulsó su vida, pero también por poco se la arrebata. Maya Gabeira, brasileña de 27 años de edad, es considerada una de las mejores surfistas del mundo, tiene el récord de montar la ola más alta (14 metros)por una mujer y el año pasado, en Nazaré, Portugal, sobrevivió a un accidente sobre su tabla que pudo haber tenido un desenlace fatal.

Gabeira no entiende su existencia sin la adrenalina de conquistar la cima de las olas y recorrer completa la trayectoria de los túneles a su paso. Creció con el mar como su elemento e inmerso en él quiere permanecer por el resto de sus días.

Platícanos ¿cómo fue que comenzaste a practicar el surf?

—Fue cuando tenía 14 años de edad. Tuve un novio que se dedicaba al surf y todo el tiempo nos la pasábamos en la playa, pero yo me la pasaba en la arena esperándolo. Entonces fue que decidí ir a una escuela de surf cerca de mi hogar, en Arpoador, Río de Janeiro. El resto es historia.

¿Cuál es la principal diferencia entre el surf competitivo y el surf de olas gigantes?

Pienso que la diferencia más grande, además del tamaño de las olas, son los calendarios. Mientras que el surf competitivo ya tiene un calendario predeterminado de eventos, en el surf de olas gigantes nosotros debemos esperar por las tormentas que generen grandes oleajes. Así que las estamos persiguiendo todo el tiempo.

Los surfistas de olas gigantes viajan por todo el mundo en busca de la mejor ola, en ocasiones la nombran la ‘ola de su vida’. ¿Tú ya encontraste la tuya?

He tenido olas que en verdad he disfrutado. Teahupoo, sin duda, es una de las olas más desafiantes en todo el planeta. Fui a Nazaré por primera vez el año pasado, donde por poco y no salgo del agua, y el poder de la ola es increíble. Mavericks [California] y Jaws [Hawai] también son olas fantásticas. Es muy complicado elegir tan sólo una.

Maya, además de practicar el surf, ¿qué otras cosas haces? ¿estudiaste alguna profesión?

No, la verdad es que soy una surfista de tiempo completo.

Viajar y conocer diversas partes del mundo debe ser divertido. ¿No hay algún momento de tu vida en el que extrañes el hogar?

Sí… Siempre extraño a mi familia y a mis amigos, y ni mencionarte la comida brasileña. Pero por otra parte, también he hecho grandes amigos en todas partes del mundo.

¿Cuáles son tus pasatiempos favoritos?

Amo los buenos paseos en bicicleta, ver películas y las noches de sushi.

¿Quién es tu máximo ídolo del surf y por qué?

La verdad es que tengo varios, es imposible que mencione sólo uno: Shane Dorian, Gerry López, Carlos Burle, Stephanie Gilmore, Lisa Andersen, Kelly Slater…

¿Conoces México, alguna vez has surfeado en nuestro país?

Claro que sí, amo México. Es un país en el que se encuentran algunas de mis olas favoritas, como en Puerto Escondido. Es que en Brasil, por lo regular no tenemos olas tan grandes, pero hay muchas playas en donde también se puede practicar el surf.

En 2009 fuiste nombrada la mejor Atleta Femenil en Deportes de Acción por ESPN ¿Eso te cambió la vida en algún aspecto?

No realmente. Fue un gran reconocimiento, pero no cambió mi vida. Claro que es gratificante ver que tu trabajo es reconocido y premiado, pero no es algo en lo que ponga mucho interés.

Eres la mujer que posee el récord mundial de surfear la ola más alta (14 metros) en Dungeons, Sudáfrica en 2009. Platícanos un poco al respecto de esa experiencia.

Fue hace muchos años… Fue en medio de condiciones muy desafiantes, en Dungeons (Ciudad del Cabo, Sudáfrica) que para mí es uno de los lugares con las olas gigantes más atemorizantes del mundo, debido a sus aguas heladas y a la posibilidad de que te encuentres con algunos tiburones blancos mientras surfeas. Pero fue un día épico que recuerdo con emoción.

El 28 de octubre de 2013 será una fecha que nunca olvidarás. Casi pierdes la vida en Nazaré, Portugal. ¿Qué fue lo que sucedió ese  día en el que Carlos Burle te salvó?

Me caí de la tabla en la primera ola que traté dominar, por ello todas las siguientes olas cayeron una sobre otra encima de mi cabeza. Después de resistir un poco los tirones del agua perdí mi chaleco salvavidas, así que me quedé inconsciente y a la deriva, pero me pude acercar lo suficiente a la costa y Carlos me rescató. Gracias a Dios me pudo salvar.

¿Cómo superaste el trauma de lo que te sucedió en Nazaré para decidir surfear de nuevo, a pesar de arriesgar tu vida?

En muchas de las olas gigantes pones en riesgo tu vida. Aquel día en Nazaré las olas en verdad fueron muy grandes y peligrosas, pero aprendí que para un escenario similar era necesario contar con mayor seguridad. Esto es un trabajo en progreso. Me sobrepuse a lo que pasó con tiempo y el entrenamiento.

¿En qué piensas cuando te subes a tu tabla para dominar esas gigantescas olas?

Tan sólo puedo pensar en dos cosas: en lo concentrada y emocionada que estoy.

Llegará un momento en el que ya no podrás surfear. ¿Qué es lo que te gustaría hacer después?

Yo voy a surfear por siempre, aunque no sea profesionalmente. Cuando me tenga que retirar del surf todavía no he decidido qué será a lo que me dedicaré. Todavía faltan muchos años para ello.

Finalmente ¿qué consejo le das a todas las chicas que desean practicar el surf?

Que se diviertan con la tabla, que disfruten de los días soleados y que aprendan a disfrutar y amar este deporte.

Así transcurren los días de esta chica, quien como filosofía de vida aplica esta fresa “acepta los retos nuevos que se te presenten”.