Presentan última novela de Saramago; «Un alegato contra la industria de las armas»

El ex juez español Baltasar Garzón y el escritor italiano Roberto Saviano destacaron el mensaje antibelicista de la obra póstuma de José Saramago, Alabardas, Alabardas! Espingardas, Espingardas!, presentada ayer en Lisboa.
Saviano y Garzón, dos figuras conocidas internacionalmente por su lucha en favor de los derechos humanos, comentaron que la obra se publica en un momento idóneo, sobre todo por la tensión en Oriente Medio ante el peligroso avance del Estado Islámico (EI).
A través de la relación entre un marido amante de las armas y una mujer que las rechaza, Alabardas, Alabardas! Espingardas, Espingardas! es una ficción que se inmiscuye en las contradicciones del ser humano y en el poder del dinero para corromper.
A la presentación oficial de la obra póstuma e inacabada -editada en Portugal, España, Italia y Brasil-, también asistió el académico portugués, António Sampaio.
La obra se publica “en un momento complicado por lo que sucede en Oriente Medio. Trata de la posibilidad que el hombre tiene de escoger”, arguyó Saviano, famoso por Sodoma y Gomorra (2006), un documento sobre cómo actúan las mafias italianas.
“El tráfico de armas es el capítulo pendiente. Se forman guerras para promover armamento”, denunció Garzón, quien alabó la posición crítica contra el poder económico que sostuvo el único Premio Nobel en lengua portuguesa.
Opinó que la obra del escritor portugués supone “el colofón que todos queríamos que escribiese”, pues “es un alegato contra el poder de las industrias armamentísticas” que mueve miles de millones de dólares y no resuelve ningún problema.
Saviano y Garzón concluyeron que los gobernantes harían bien en leer la obra, aunque dudaron de que el mensaje cale en ellos por su incapacidad emocional y falta de tiempo para abordar el problema.
La obra, que consta de tres capítulos, de notas del propio autor y de ilustraciones del premio nobel alemán Günter Grass, mantiene el estilo oral y la ironía fina que caracterizan a Saramago.