México, en lista de aliados de EU contra Estado Islámico

El Departamento de Estado ha incluido a México en la lista de países que forman parte de su coalición contra la amenaza terrorista del Estado Islámico (EI), aunque lo ha hecho como nación que ha ofrecido su respaldo político y testimonial, pero no una aportación específica a una campaña que ha demandado de una importante inversión de capital político por parte del presidente Barack Obama para conseguir un inequívoco cierre de filas entre la comunidad internacional.
Al igual que países como Andorra, Bosnia, Lituania, Macedonia, Malta, Moldova, Marruecos, Portugal, Serbia, Eslovenia, Túnez y Ucrania, México forma parte del pelotón que ha manifestado su respaldo político, pero ningún tipo de asistencia militar o hu-manitaria.
La inclusión de México en esa categoría supone la incorporación de la única nación del Hemisferio Occidental, un dato que ha puesto de manifiesto el inicio de una nueva era de cooperación del gobierno mexicano en el marco de las misiones que cuentan con el respaldo de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
La difusión de la lista de 62 países que han decidido sumarse a la cruzada contra el Estado Islámico (EI) se ha producido en medio de intensas negociaciones para ofrecer una imagen de unidad internacional y para asegurar el respaldo militar de países como Francia, el Reino Unido, Canadá y Alemania.
Pero, sobre todo, de las naciones del bloque árabe que incluyen a Bahrein, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Jordania y Qatar y que permiten a Estados Unidos demostrar que su cruzada contra el Estado Islámico (EI) no puede interpretarse en clave de «choque entre civilizaciones», ni como una guerra de Occidente contra el islam.
Aunque la ayuda o apoyo que ofrecen todas y cada una de las 62 naciones que enlista el Departamento de Estado es de carácter dispar, su sola conformación ha permitido al gobierno de Barack Obama contrarrestar las críticas internacionales a la expansión de su estrategia militar hacia Siria. Pero, sobre todo, contener el embate que a nivel interno ha tenido que afrontar desde las filas del partido republicano. Precisamente, nada más reconocer que su gobierno subestimó las capacidades del Estado Islámico en Irak y Siria, el presidente Obama se enfrentaba ayer a una tormenta de críticas y obligaban a su administración a entrar en una apurada campaña de control de daños para evitar que los republicanos saquen una jugosa partida del caos e ingobernabilidad que han obligado a Estados Unidos a retornar a un escenario de conflicto que creían en el pasado.