Sólo tengo un hombre en mente, el próximo: Brigitte Bardot

Seis millones de espectadores pudieron ver a Bardot romper su histórica objeción de aparecer frente a las cámaras cuando permitió al canal France 2 entrar a La Madrague, el predio que compró cerca de Saint Tropez después de que el filme de Roger Vadim transformara la villa dedicada a la pesca en el hogar del jet set mediterráneo.

Este viernes admitió que no estaba del todo segura de mostrar su rostro arrugado al país. «Me atemorizaban los comentarios de la gente, de que dijeran ‘Oh-la-la, cómo ha envejecido, ya no es nuestra Brigitte’. Tengo mucho miedo a decepcionar a la gente» , dijo.

La entrevista para France 2 fue el broche de oro tras meses de documentales televisivos, portadas de revistas, exhibiciones, e incluso una novela que le recordó a Francia que la misántropa de Madrague, quien fue objeto de burlas por defender los derechos de los monos y apoyar a un partido de extrema derecha, fue alguna vez la misma joven a la que Simone de Beauvoir llamó la belleza indomable y definitiva.

Sobre las críticas a sus opiniones, la ex actriz lamentó la «mediocridad» de un mundo del que huyó cuando dejó el cine en 1973.

«El ser humano carga con horribles falencias» , disparó. Y no se detuvo ahí. La musa de Bob Dylan, Mick Jagger, Jimi Hendrix y Serge Gainsbourg insistió en su simpatía por la extrema derecha. «Me gusta Marine Le Pen mucho y no tengo por qué esconderlo» , sostuvo sobre la líder de Frente Nacional, el partido ultraconservador que se alza como el más popular hoy en Francia.

Palabras duras que en el pasado le trajeron problemas: sus dichos racistas le han costado cinco demandas por incitar al odio.Fue menos severa al hablar sobre sus años de celebridad y por qué se retiró: «Yo representé la libertad, la juventud y la belleza. No quiero interpretar a una madre, una abuela o incluso una bisabuela» .

No obstante, la mujer que alguna vez fue llamada «el sueño imposible de cualquier hombre casado» , es en efecto bisabuela: su hijo Nicolas, a quien dejó al cuidado de su familia política, ya es abuelo.

Bardot defendió su derecho a no obsesionarse con la eterna juventud. «Soy natural, tal como me hizo la naturaleza. No me importa verme joven. No me hago tratamientos faciales. No voy al peluquero. No me interesan los cuidados de belleza, porque en realidad no siento que esté envejeciendo» , afirmó.

Brigitte Bardot comenzó a actuar después de abandonar a su estricta familia burguesa de París mientras asistía a una escuela de ballet. A los 15 años, cayó en los brazos de Vadim, un aspirante a director.

«Era muy fea, tenía un pelo liso castaño como palillos, además de lentes y frenillos» , recordó sobre esos días.Más tarde, cuando ambos se casaron y ella interpretó a la seductora Juliette en el filme que la lanzó a la fama a los 22 años, su belleza finalmente se manifestó. Y de la forma más natural, siendo ella misma y sin maquillaje: «Me vestía como quería, lo que para mí significaba no usar vestidos. Eso gatilló escándalos y fue increíble» .

«Y Dios creó a la mujer» , una de las 50 películas en las que apareció, fue vetada en varios lugares de Estados Unidos y declarada «indecente» por el Vaticano. Pero el look de BB en ese filme sobrevivió a las controversias y ha sido inspiración para modelos y cantantes como Claudia Schiffer, Kate Moss, Kylie Minogue y Madonna.

Sobre el amor y los sucesores de Roger Vadim, Bardot dice tener buenos recuerdos de cada marido y amante. Después de Vadim, se casó con el actor Jacques Charrier, padre de su hijo, a quien dejó por el playboy Gunter Sachs.

Bernard d’Ormale, su actual esposo, la ha acompañado en estos últimos 22 años. «He amado mucho, apasionada y locamente, y también no. Y seguiré amando. Está en mi naturaleza. Sólo tengo un hombre en mente: el próximo» .