Abandonada, la escena de los hechos en Tlatlaya

Más de 40 impactos de bala tapizan el muro izquierdo de la bodega abandonada en TlatlayaEstado de México, lugar en el que murieron 22 personas el pasado 30 de junio, según versiones oficiales tras un enfrentamiento con elementos del Ejército.

No hay resguardo alguno y sólo una endeble cinta de plástico a punto de romperse bloquea la entrada a la bodega, algo que no evitó que algunos colocaran, justo en el centro, veladoras para los difuntos en un montículo en cuyo alrededor crece la hierba.

En las últimas semanas, a este lugar ubicado en el sur del Estado de México, colindante conGuerrero, no han llegado autoridades de ningún orden de gobierno para reconstruir lo que ocurrió la madrugada del 30 de junio, según los testimonios de los habitantes.

Los pobladores explican que horas después de los hechos peritos del Ejército y de la Procuraduría General de la República (PGR) llegaron al lugar a tomar muestras y además marcaron los impactos de bala en el muro.

El poblado de San Pedro Limón se encuentra a una hora en vehículo de la cabecera municipal. Desde la muerte de las 22 personas la vida de los habitantes no ha tenido muchos cambios, para ellos la inseguridad sigue siendo la misma desde 2011, cuando grupos del crimen organizado comenzaron a disputarse este municipio, así como LuvianosAmatepec y Tejupilco.

Dos “grupúsculos” se disputan zona

De acuerdo con autoridades de la Secretaría de Gobernación (Segob), Tlatlaya es una de las zonas de operación de los grupos del crimen organizado Guerreros Unidos y Los Rojos, organizaciones que en 2009 surgieron con la muerte de Arturo Beltrán Leyva. Además de estas dos agrupaciones, La Familia Michoacana también mantiene presencia.

Sin mencionar el nombre de ninguna banda, el pasado jueves el comisionado Nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido, dijo que la inseguridad en el sur del Estado de México se debe a la presencia de “grupúsculos” de los que fueron los cárteles delincuenciales.

Habitantes del área, quienes pidieron al anonimato por temor a represalias, comentaron que la principal atracción de estos grupos son los terrenos para el cultivo. La mayoría de las personas, algunas con ropas rasgadas y manos partidas por labrar la tierra para la cosecha de maíz y frijol, explicaron que ante las mínimas ganancias que se obtienen de las siembras, así como por la presión del crimen organizado, algunos de ellos se dedican al cultivo de mariguana y amapola para estas organizaciones, debido a que la tierra es propicia para la producción.

La violencia en el sur del Estado de México —Tlatlaya, Luvianos, Amatepec y Tejupilco— ha causado en los últimos años la muerte de personal de seguridad pública del estado, así como distintas ejecuciones de habitantes.

En este poblado, que se ubica a cinco horas del Distrito Federal, existe una economía mermada por la falta de apoyos del gobierno. Los mejor acomodados cuentan con tiendas de abarrotes, artículos de construcción, fondas o pequeños comercios donde se vende fruta, verdura, ropa o artículos para el hogar, así como películas pirata.

Otros trabajan en taxis o en las camionetas de redilas, únicas dos formas de ingresar y salir del poblado si no se cuenta con un vehículo particular. La mayoría de las viviendas son austeras, algunas de ellas hechas de adobe con techo de lámina. Pero en la zona existen algunas casas que contrastan con la realidad de este poblado, donde lo mismo se puede observar a más de 20 personas transportarse en una camioneta de redilas, que ver circular una Hummer.

Las carencias de los pobladores se ven reflejadas en la falta de servicios básicos como agua, la cual es vendida por personas que circulan en camionetas con tinacos para ofrecer el líquido ante la escasez de éste.

Jóvenes al servicio del crimen

Los jóvenes son la principal mano de obra del crimen organizado. Desde informantes hasta vendedores de droga se les puede observar a bordo de motos, parados en esquinas o escondidos en la maleza con radios a su alcance, para informar sobre cualquier movimiento que se presente en la zona. Las oportunidades son escasas, el principal logro es migrar a Toluca, capital del estado.

Aunque desde el pasado mes de mayo se ha incrementado la presencia de fuerzas federales en la zona, esto para los habitantes no ha servido de mucho, ya que las personas que integran estos grupos migran a otros poblados o se esconden en la sierra. Así es Tlatlaya, el poblado cuyo nombre, gracias a la muerte, anda hoy en boca de todos.