Coronación de Virgen de la Expectación fortaleció y unió a la Iglesia, dice Vicario

La coronación pontificia y la confirmación de la consagración de la Diócesis, la ciudad y el Estado a la Virgen de la Expectación, ha fortalecido la Iglesia y, asimismo, profundizado su compromiso con la expresión de la fe, la unidad y la coherencia con el mandato de los Evangelios.

Así lo apuntó el Vicario General Gerardo Vaglienty Rivera, al concluir el oficio religioso del mediodía dominical en la Catedral Metropolitana de San Luis Potosí.

Vaglienty Rivera dijo que tras el magno acontecimiento, que convocó a millares de personas en el Estadio Alfonso Lastras, queda como tarea a la Iglesia, trabajar en la evangelización, en misión permanente para que la bendición, la gracia de Dios, que es el amor, llegue a todos.

Recordó que el 19 de septiembre fueron miles los que se congregaron en el coloso deportivo potosino pero, también “que faltan otros muchos miles”, a quienes debe llegar la gracia, el amor, la bendición de Dios, su palabra y sus sacramentos y esto solamente será posible al través del trabajo de todos y cada uno de los fieles católicos.

Fue por ello que, en el evangelio se convocó a los feligreses al trabajo activo y constante, permanente, para difundir la palabra de Dios entre la comunidad “para continuar lo que otros ya han iniciado”, dijo en referencia a los fundadores de la diócesis potosina, encabezados por don Pedro Barajas, el primer obispo de San Luis Potosí, 160 años atrás.

Con este evento, insistió, la Iglesia potosina se ve fortalecida, unida y comprometida, sobre todo porque no debemos de perder de vista “al que nos congrega, al pastor de nuestras vidas: Jesucristo. La Iglesia salió muy fortalecida en esta celebración, buscando servir con mayor fidelidad a Jesucristo, bajo la mirada maternal de la santísima Virgen María “.

Insistió que lo acontecido el 19 de septiembre renovó la fe, y, al mismo tiempo, profundizó el compromiso de, cada vez, vivir más cristianamente en medio del mundo; nos compromete –abundó–, a manifestar nuestra fe con valor y, también, a ser congruentes con esta fe”.

Fue un evento de alegría por la coronación pontificia de Nuestra Señora de la Expectación, un momento de arrepentimiento por los yerros que se han registrado pero, también, una oportunidad para fortalecer la fe y aguzar la mirada para enfocar a aquel que no podemos perder de vista: Jesucristo.

Reconoció que la iglesia resultó afectada de manera importante por los últimos acontecimientos, vergonzosos, por los que se ha pedido perdón. Dijo que ahora lo importante tiene que ver con el fortalecimiento de la unidad, con cuidar el no desperdigarse, para “seguir al Señor con fidelidad”.