Los 5 lugares imperdibles

Una abundante ducha de cascadas quizá las más vírgenes y bellas de México baña perpetuamente el verde cuerpo de uno de los territorios más fascinantes del mundo. sitio sagrado de herencias indígenas que harán surgir en ti sentimientos y reflexiones que sólo estos parajes pueden provocar. éste es el san luis potosí extremo que te proponemos descubrir: colonial y kitsch, exótico y conservador, salvaje y surrealista. la dualidad más sorprendente acecha en cada rincón.
1. El jardín escultórico de ensueño
La historia más surrealista de México inicia un domingo a principios del siglo XX en una mansión al sur de Inglaterra, donde una aristócrata espera malhumorada, enfundada en un vestido azul apetrolado, a que la mucama busque entre todos sus hijos cuál le combina mejor para salir a misa. Es Jimmy, el más pequeño, por llevar puesto un overol índigo que amalgama con el atuendo de su madre. Aislado del mundo, el niño crece en un ambiente de excentricidad marcado por la soledad irónica de la abundancia. El extraño James intenta en su juventud expresarse a través de la poesía sin que nadie se interese en sus obras. Con la opulencia al alcance decide enfrentar su existencia a través del mecenazgo, que lo lleva a apoyar los trabajos de Dalí, Magritte y otros que florecieron gracias a él. Apasionado, James emprende la búsqueda de un sitio mágico donde recrear el jardín del Edén.
El peregrinar lo trae hasta Cuernavaca, donde comienza un extenso viaje acampando en muchos sitios del país: “México siempre me pareció más romántico que el sur de California”, decía. Un día, abrumado entre la selva del pueblo cafetalero de Xilitla, se tira hacia una poza en busca de paz mental, un motivo, una señal. Cuenta la leyenda que, al salir escurriendo, docenas de mariposas multicolores se posaron sobre él, bebiendo largo tiempo de su cuerpo. Maravillado, sir Edward James toma este suceso como el signo que necesitaba para construir justo allí su jardín surrealista: Las Pozas.
2. El sótano de las Huahuas
Estás sentado ante el abismo, asiendo fuertemente con las piernas los apoyos peñascosos donde lograste meter tu cuerpo para asomarte hacia el cielo sin caer.
Para llegar hasta aquí consagraste el trayecto a la costumbre téenek (como en su lengua se llaman los huastecos) de pedir permiso a la Gran Madre y llegar con el corazón abierto. El camino sinuoso cuesta abajo engaña: cuando crees haber avanzado hasta el último peldaño, un nuevo laberinto vuelve a poblar la selva de escalones. De pronto aparece una parvada de loros que revolotean sincronizados en círculos volviendo majestuosos a su guarida. Abres bien los ojos y encuentras que el cielo se entinta abruptamente de inexplicables puntos oscuros que oscilan.
3. Grandes Saltos(de agua)
Si te gustan las caídas de agua, estás en el que será tu lugar favorito del mundo. La calma al despertar en el hotel Huasteca Secreta obedece al sonido del agua al caer de la cascada aledaña. Tras un duchazo al aire libre en la regadera privada de tu suite —con una vista increíble a los árboles selváticos—, y un desayuno de enchiladas potosinas con café local, es momento de tomar el primer vehículo (empaca ligero, que todo se va a mojar) para perderte entre los cañaverales hacia la cascada Minas Viejas, donde podrás rappelear o dejarte arrastrar por la corriente.
EL PUENTE DE DIOS EN TAMASOPO
El río se pierde en un pontón de piedra para salir al otro lado, por una cueva.
Observar desde la orilla los destellos de sol filtrándose entre los huecos de las plantas para alumbrar el matrimonio del azul con el verde del agua es una experiencia celestial.
4. El místico catorce
El primer camino de grava está flanqueado por montañas salpicadas de magueyes, palmeras y nopaleras; el segundo atraviesa un cerro a través de un túnel de oscuridad claustrofóbica. Tras dos largos kilómetros en las entrañas de la tierra, la luz al final es el inicio del pueblo que te saludará enviando a sus señoras indígenas más hábiles a venderte “milagritos”, amuletos de metal en forma de partes del cuerpo, motivos, y deseos por los qué pedir a san Panchito, el más venerado de la Parroquia de la Purísima Concepción, la primera parada espiritual que preside las callejuelas coloniales de este pueblo que para unos es mágico y para otros fantasma.
El catorce es por las minas de plata, los bandidos, las leyes a respetar y los días que tardan los huicholes en peregrinar desde Nayarit hasta aquí.
El vehículo emblemático es la Willy, a cuyo techo has de subir para disfrutar el primer sufrimiento: la cuesta de los arrepentidos. Al avanzar tambaleando por la vereda pedregosa, retorcida y empinada, te encontrarás con una vista montañosa que por su altura corta la respiración. Antes que el vértigo te venza hay que parar a visi tar las ruinas de la hacienda minera Socavón de la Purísima. Pasarás por Los Catorce, que se llamó Refugio hasta que 14 forajidos que robaban plata amanecieron allí colgados. A caballo desde el pueblo, el Cerro del Muerto es la montaña incandescente a la que según la fe wixaricacada hombre debe viajar al menos una vez en la vida.
La creencia dicta que cuando los dioses guardianes del mundo se cansaron de ver sólo fuego y agua salieron de San Blas formando caminos en busca de un sitio de descanso.
Dos venadas sagradas que los acompañaron fueron aquí inmoladas formando dos montañas. Con su sangre se formó el híkuri, fruto santo que simboliza al venado azul y que nosotros llamamos peyote. Para entrar en comunión con el animal sagrado hay que peregrinar y culminar con el ritual de purificación espiritual más especial de la existencia, reservado al pueblo huichol.
5. Pierde el miedo al vacío
La emoción más intensa se encuentra al borde del semicírculo donde el agua se revuelve impetuosa en el casi secreto Cañón de Pinihuan. Mientras los torbellinos alteran tu adrenalina, el guía señalará el espacio exacto donde debes caer al saltar. No hay tiempo para titubeos: un error de cálculo y podrás ser arrastrado por las corrientes potosinas. Pero descuida: hay personal capacitado para socorrerte y varias cuerdas a las que puedes asirte. Te invitamos a vivir la sensación de caer en el punto correcto.
Celebra con rappel en la cascada la llovisnoza, la más alta de la región.