El presidente del municipio de Charcas, Francisco Gutiérrez García, huyó de los medios de comunicación masivos sin responder a los cuestionamientos por el adeudo de su cuenta pública y por la impunidad que estaría otorgando a una mina de Grupo México, en donde fallecieron 5 trabajadores en un accidente el pasado 12 de febrero, así como de los menores de edad jornaleros que realizan trabajos en el campo al margen de la ley.
Custodiado por un guardaespaldas, dado el temor de enfrentar a la sociedad por las presuntas irregularidades en las que se le ha involucrado, el alcalde huyó del interrogatorio a que fue sometido por los periodistas.
En el primer acercamiento se le pidió su opinión por el Segundo Informe de Gobierno, que obligadamente deberá presentar en el mes de septiembre ante el Congreso, y en su caso ante el pueblo que gobierna, a lo que contestó: “Permítanme, porque estoy muy ocupado”.
Enseguida se dirigió a una tienda de abarrotes a una distancia de 10 metros, con el fin de comprar una bolsa de papas fritas. Para Gutiérrez García era más importante engullir esas botanas que atender a los cuestionamientos propios de su encargo al frente de la administración municipal de aquel municipio del altiplano potosino.
Con la bolsa de papas en la mano, caminó por las calles del municipio de Matehuala, en donde fue abordado por representantes de los medios de comunicación; y en por segunda vez respondió: “Permítanme, que estoy muy ocupado”.
En esos momentos más reporteros, se empezaron a aglutinar para emitir cuestionamientos por el caso de la mina de Grupo México y su relación con el abogado de esa empresa, el ex gobernador Horacio Sánchez Unzueta. Ante la presión, el alcalde tomó su celular lo colocó en la boca y prácticamente salió huyendo.
