En Plaza Liberación, Bernardo Acosta Ruiz baila al ritmo de las piezas que el Mariachi Internacional toca desde el mediodía. Algunas personas de los asientos de adelante siguen su ejemplo y se levantan a moverse al compás de los temas. Los que no alcanzaron silla se quedan mirando y escuchando los temas, menos unas jóvenes que también se animan a desplazar los pies.
«Si nos dejan, nos vamos a querer toda la vida. Si nos dejan, nos vamos a vivir a un mundo nuevo…», suena después y Bernardo se sienta. El agrónomo llegó al evento gratuito -que forma parte del Pabellón Cultural del Encuentro Internacional del Mariachi y la Charrería -desde temprano y aprovecha que el popular tema mexicano es una balada para recuperar sus energías. Cuando la canción acaba , vuelve a pararse de su asiento con una sonrisa en el rostro y con el ánimo de seguir hasta que el cuerpo aguante (dentro de tres horas más, cuando Mayela Orozco cierre el concierto a las 20:00 horas).
El hombre de 65 años cuenta que desde hace diez años- aproximadamente- asiste de manera continua al encuentro. Lo hace porque dice que le hace la vida más amena, y agradece que el Gobierno lo siga haciendo.
«Al menos para mí, que yo ya soy una persona de mayor edad, paso gratos momentos y me hacen feliz, son momentos de convivir con la ciudadanía y personas que vienen de fuera», explica.
Bernardo asiste acompañado de su esposa, pero en esta ocasión ella tuvo un compromiso y él prefirió no quedarse en su casa y salir a pasar un buen rato. «Si Dios me presta vida aquí yo estaré cada año».
Nació en Autlán, Jalisco, y señala que desde muy joven se vino a estudiar a Guadalajara, por lo que ya se considera tapatío. Sin embargo, subraya que al ser ejidatario se siente identificado con este tipo de eventos, al igual que los que se hacen de charrería.
«Vengo porque me gusta la música y el ambiente, ya lo traigo en mis venas, porque yo vengo de gente campirana que le gusta esto, como a mi padre y a mi hermano».
El Pabellón Cultural continuará con actividades hasta el próximo 5 de septiembre. La entrada es gratuita. Los visitantes, además de escuchar distintas agrupaciones del género, también pueden disfrutar de la exposición fotográfica instalada en los alrededores.