Se le agriaron las corundas a Castillo

No han bastado las voces de advertencia, la necedad de los comentaristas de nuestro diario, La Crónica, para convencer a las autoridades federales de que los comandantes de la ilegal pero legalizada Fuerza Rural en Michoacán son polvos de aquellos lodos, ex narcos y ex templarios ahora con poder e impunidad.
Publicado el pasado lunes: “Circula foto de jefe de la Fuerza Rural con La Tuta”.
El comandante Luis Antonio Torres Torres, alias Simón El Americano, aparece con Servando Gómez, el máximo líder de los Templarios, quien apenas hace un mes y medio mencionó a éste y a otros de los civiles en armas como deudores de la organización delincuencial.
Le deben dinero, aseguró el delincuente, por venta de droga y préstamos en efectivo.
Antes La Tuta había denunciado a un colaborador o amigo cercano a Cocoa, la hermana del presidente Felipe Calderón, al que según esa versión facilitó cien millones de pesos para un fraccionamiento.
Por ahora es el único exhibido, pero hay más.
Los medios nacionales han señalado los errores del delegado imperial, Alfredo Castillo, advirtiendo los riesgos de darle poder a grupos armados de civiles cuya honorabilidad no está en duda; todo mundo los conoce y sabe de sus andanzas, de sus pillerías y de sus crímenes impunes.
No hablemos de Mireles, el dudoso médico que dicen que fue a Jalisco a recabar ayuda del Cártel Nueva Generación cuando se le cayó al avión.
Por eso fue recluido en el Hospital Militar, aislado hasta su recuperación, destitución y posterior encarcelamiento bajo muchas y muy graves acusaciones.
A pesar de las sugerencias, nunca se investigó la procedencia de los fondos para respaldar a los campesinos que se sumaron a las guardias civiles y adquirieron armas de alto poder y munición sin límites.
Mismos que ahora, con anuencia de Castillo, conservan en sus casas porque en la Fuerza Rural se le dotó de nuevos instrumentos letales.
Estanislao Beltrán, Papá Pitufo, fue señalado antes de la creación de los Guardias Rurales, de apoderarse de fincas limoneras y de establecer, en la mejor tradición templaria, cobros de piso bajo el concepto de “cooperación para sostener el movimiento” contra la delincuencia.
Beltrán era productor de limón a nivel campesino y contaba con modestos ingresos.
Actualmente se transporta en una Hummer H1, con precio superior al millón de pesos si, como en el caso de Mireles, se trata de un vehículo blindado, mismo que debe registrarse ante la Sedena.
Otros dos comandantes rurales, igual que Pitufo, gozan de expedientes judiciales que los sindican como miembros de grupos criminales.
Uno de ellos, Alberto Gutiérrez, alias Beto el tragabalas, recibido por los comunitarios como Comandante .
Se le relaciona con un sujeto conocido como Hamo, y tienen una cocina de drogas en Chonengo, un caserío con entrada por Parácuaro; hace unas semanas el comandante y su socio fueron detenidos en un retén militar con una carga de precursores; tras larga discusión, conservaron su mercancía.
Del incidente no se ha informado nada.
Originario de Tepalcatepec, El 5 impuso en Apatzingán a Arsenio Hinojosa, El Arce, ex jefe de plaza de los Templarios.
Como responsable operativo de la organización delincuencial, Tragabalas fue expulsado por “malas mañas” y torturar a los comerciantes menores de drogas, exclusividad de los ex miembros de La Familia Michoacana.
Pero hoy el Comandante 5, Beto el tragabalas o Alberto Gutiérrez, es c oordinador general de Autodefensas convertidos en Guardias Rurales.
Poderes más amplios, protección de autoridades federales e impunidad para que siga su comercio criminal.
Ante la foto de El Americano con La Tuta, el cura Gregorio López Jerónimo, párroco de Apatzingán y líder de los neocristeros, el grupo de autodefensas que se identifican con una camiseta con las siglas de su agrupación: “Ccristos” (Consejo Ciudadano Responsable de Impulsar un Sano Tejido Social), dijo que el conocido como Simón trabaja para el Cártel Jalisco Nueva Generación, el grupo que disputa el control de la zona con Los Caballeros Templarios y antes con La Familia Michoacana.
Simón El Americano era operador de zona templario, surgió para desplazar a Hipólito Mora, al que acusó de asesinar a dos jóvenes guardias, lo que lo llevó a la cárcel, donde salió sin problema al no poderle comprobar relación con ese delito.
Por su lado, el sacerdote Salvador M. González, también de Apatzingán, dijo que el 13 de marzo con la aparición del Americano nació un nuevo cártel denominado H-3 ubicado en Buenavista Tomatlán.
Donde procede Simón, del que se sabe que nació en San Francisco, California; el navista Tomatlán, donde sucedió a Hipólito Mora después de que logró que lo encarcelaran.
Dijo, finalmente, que no se trata de una célula más del Cártel Jalisco Nueva Generación, sino de un ente con vida propia en la Tierra Caliente michoacana.
Los michoacanos, contra las declaraciones que ven paz y tranquilidad en el estado, esgrimen las noticias diarias con el descubrimiento de fosas clandestinas y ejecuciones sin fin, especialmente en el “territorio libre” de delincuencia.
Esperen más videos y fotografías, es el aviso para Castillo y su coro de aduladores.