Una ciudad del este de Ucrania fue cañoneada el miércoles por rebeldes separatistas pro rusos, en medio de temores de que éstos están lanzando una contraofensiva contra áreas en poder del gobierno en la región.
Los rebeldes dispararon al menos 10 proyectiles contra la ciudad de Novoazovsk, en poder del gobierno, Columnas de humo negro ascendían sobre la ciudad, que fue cañoneada varias veces el martes, hiriendo a cuatro residentes en un hospital local, de acuerdo con el alcalde, Oleg Sidorkin.
La reanudación de los combates se produjo un día después que los líderes de Rusia y Ucrania se reunieron en Minsk, Bielorrusia, para discutir al escalada de la crisis en el este de Ucrania. Pese a la sesión cara a cara entre los presidentes Vladimir Putin y Petro Poroshenko durante más de dos horas, no hubo indicios de una pronta solución a los combates que han durado desde abril y cobrado al menos 2.000 vidas.
Tras las charlas, el presidente ucraniano dijo que Putin había aceptado los principios de un acuerdo de paz para la región.
El líder ruso, sin embargo, insistió en que solamente Kiev podía asegurar un cese del fuego con los separatistas.
«No es nuestro problema», dijo Putin de un cese del fuego. «Es problema de Ucrania».
Novoazovsk está junto al mar Azov en la carretera que lleva de Rusia al importante puerto ucraniano de Mariupol y Crimea occidental, la península en el Mar Negro anexada por Rusia este año. Los últimos cañoneos han generado temores de que los separatistas están tratando de tomar control de una franja de tierra que conectaría Crimea con Rusia.