Alternancia: base de la democracia

La esencia de la democracia es la pluralidad, el diálogo, el consenso. En ninguna democracia debe haber cabida para el mundo de lo absoluto. Las posiciones extremistas, populistas y autoritarias, en un sistema democrático, no dan soluciones, viables ni reales, en el largo plazo; y la única vacuna para esas posiciones es más democracia, es alternancia en el poder.
Hace poco más de 17 años, el Partido de la Revolución Democrática logró una alternancia sin precedente en la capital del país.
El PRD le dio a la ciudad de México la esperanza de convertirse en un lugar ejemplar para vivir, donde los principios de la izquierda serían reales y efectivos.
El proyecto de izquierda en el Distrito Federal tenía, sin duda, los mejores propósitos transformadores de justicia, igualdad y equidad social.
Desafortunadamente el rumbo se extravió.
Con el tiempo, se perdieron los principios, se desviaron las causas, se olvidaron las banderas de lucha que identificaban a la izquierda; la ambición, los intereses de grupo, los líderes mesiánicos y la visión cortoplacista ganó terreno.
La falta de pluralidad en el DF minimizó los contrapesos políticos necesarios en toda democracia.
El PRD hizo en la capital del país lo que tanto criticó de los gobiernos priistas.
Entre otros muchos y graves errores, aumentó de manera desproporcionada (y sin controles fiscalizadores) los programas sociales con el único propósito de mantener como rehenes a los ciudadanos beneficiados.
Es decir, privilegió el clientelismo sobre la construcción de ciudadanía.
Todo partido en el gobierno sufre su inevitable desgaste. El proceso se acelera cuando los casos de corrupción se vuelven frecuentes, cuando el gobierno es deficiente y no cumple satisfactoriamente con su obligación de brindar servicios de calidad a la ciudadanía, cuando las políticas públicas benefician a unos cuantos en perjuicio de las mayorías.
Las personas que viven diariamente su ciudad lo padecen hasta llegar al hartazgo.
El proceso de descomposición en este tipo de gobiernos llega a su límite.
Los ciudadanos saben que la única forma en que las cosas cambien, mejoren, es la alternancia en el poder. Ya lo vivieron hace 17 años en la ciudad de México.
Lo vivieron en el 2000 y en el 2012 en el gobierno federal.
La alternancia en el poder es la vía de los ciudadanos para transformar lo que hoy ya no da resultados.
Nuestra experiencia en alternancias políticas puede ser mínima, pero sin duda ha dejado grandes aprendizajes.
La ciudadanía no sólo busca castigar a un mal gobierno, no quiere una simple sustitución de partidos políticos en el poder, hoy los ciudadanos optarán por aquella alternancia que plantee compromisos y dé respuestas a los graves problemas que enfrenta nuestra ciudad.
En este contexto, es benéfico que los partidos de oposición en el DF comiencen a discutir la posibilidad de una alianza a fin de lograr una alternancia en el Gobierno del Distrito Federal, que ha sido gobernado desde 1997 por el PRD.
El proceso electoral para las elecciones de 2015 comienza en octubre.
Es el momento de plantear y concretar la viabilidad de alianzas –con proyectos– en el DF en vías de la alternancia en el gobierno capitalino, así como de una mayor pluralidad y representatividad en la composición de fuerzas en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.
En este contexto y con la visión de vivir en una democracia plena, el próximo sábado inauguraremos la casa de gestión de Nueva Alianza en Iztapalapa.
Comenzaremos un trabajo de suma de esfuerzos y voluntades, que sin duda cambiará el rostro de esa delegación y de todo el Distrito Federal.