Burocracia causante de déficit fiscal: Vicario

A cualquiera “calan” los impuestos, aseveró de entrada el Vicario General de la Arquidiócesis de San Luis Potosí, Benjamín Moreno Aguirre, al comentar el efecto de la reforma fiscal mexicana, y por el que se inserta oficialmente a las iglesias y asociaciones de culto como contribuyentes al erario público.
Moreno Aguirre dijo que la Iglesia Católica en particular ha estado inserta en el régimen de contribuyentes tan pronto como se restablecieron, en el gobierno del presidente Carlos Salinas de Gortari las relaciones Iglesia-Estado.
El Vicario General dijo que en esta condición, ya instalados los cultos en el régimen de contribuyentes del erario público, la Iglesia Católica está en capacidad para reclamar a las autoridades hacendarias la honestidad y la transparencia en la aplicación de los recursos recaudados y, desde luego, cuenta con los mismos derechos que el régimen legal otorga a los contribuyentes. La Iglesia paga impuestos por nómina, todos los requeridos a las demás instituciones.
Sobre los impactos de estos requerimientos comentó:
—¡A quién no le calan los impuestos! Y agregó que entre las causas de la evasión está el que “los impuestos nos estorban (obstaculizan) a todos” pero no se trata de (buscar y practicar medidas evasivas) sino de ser consecuentes, entendiendo que estos fueron concebidos para el servicio del pueblo. La Iglesia es parte del pueblo.
En ese punto se le manifestó que hoy, el déficit fiscal generado por el dispendio y por la densidad de la nata burocrática político-gubernamental, cada mexicano sostiene una deuda no generada por ellos mismos del orden de los 50 mil pesos en particular y, globalmente de más de 6 billones de pesos.
—La Iglesia siempre ha alzado la voz por los que menos tienen –respondió; en ese sentido dijo que se suma al reclamo de honestidad en los servicios públicos y de transparencia en usos y destinos de los recursos captados a través del sistema impositivo. Queremos (como los ciudadanos todos) que México sea un país de leyes, pero de leyes bien aplicadas y que impulsen, que no estorben al desarrollo individual y colectivo, que alivien económicamente a las familias más pobres de México, enfatizó.