En febrero del próximo año se cumplirá el centenario del nacimiento del maestro Raúl Anguiano, y desde su muerte en 2006, su viuda, la también artista plástica Brigitta, se ha dado a la tarea de dar a conocer más profundamente su obra, en particular la poco o nada conocida.
La artista explicó que Anguiano dibujaba mucho, hacía muchos bocetos, que guardaba y no volvía a sacar, y fue hasta que ella abrió todo ese tesoro que se decidió y dedicó a mostrar en exposiciones.
Citó como ejemplo relevante la obra que realizó en la década de los años treinta del siglo pasado, cuando pasaba mucho tiempo con sus abuelos y él plasmaba la vida campesina, trabajos que estaban inéditos a la vista del público.
Uno de los primeros grandes logros, sino el que más, fue llevar este trabajo oculto hasta entonces para su exhibición en el California Center for the Arts, en el poblado de Escondido, en esa entidad estadounidense, donde en 2012 fue abierta la muestra Heart and Soul of Mexico: Mid 20th Century Drawings by Raúl Anguiano.
Otro de los aspectos que ella ha sacado a la luz es la obra surrealista de quien fuera su esposo y que, incluso comentado por la reconocida crítica de arte Teresa del Conde, todo corresponde a 1936, antes de la llegada de André Bretón (1896-1966), a México (1938).
Brigitta Anguiano manifestó su confianza de que con motivo del centenario del nacimiento de su esposo se abrirán más puertas para hacerle un reconocimiento en el país, como puede ser en su Estado natal —Jalisco—, o de parte de las instituciones culturales.
