Los Clippers de Los Ángeles pronto olvidarán los escándalos por los que pasaron a finales de la campaña 2013-2014; Steve Ballmer apareció en la duela del Staples Center para prsentarse como dueño y casi un “rockstar”.
El nuevo dueño sudó, aplaudió y gritó hasta quedar casi ronco. La emoción invadió el Staples Center, ya no tendrán a Donald Sterling y el escándalo de los insultos racistas del anterior dueño quedarán en el olvido.
Al compás de la canción «Lose Yourself» de Eminem, Ballmer saludó e intercambió saludos frente a los casi cinco mil aficionados que lo recibieron.
Se estima que Balmmer habría pagado unos dos mil millones de dólares para comprar al equipo que domina el basquetbol Los Ángeles en la actualidad.
La NBA obligó a Sterling a vender el equipo tras el escándalo donde en una conversación telefónica insultó a los amigos de su novia por su color de piel.
Ballmer proporcionó su dirección de correo electrónico durante el acto transmitido por la televisión y negó de inmediato que vaya a mudar el equipo a Seattle, donde ha vivido durante 34 años.
El año pasado, estuvo a punto de adueñarse de un equipo de la NBA, antes de que los propietarios de la liga eligieran que los Kings permanecerían en Sacramento en vez de venderse a un grupo que incluía a Ballmer y que buscaba mudar la franquicia a Seattle.