Congreso se resiste a abrir gastos

Subvenciones millonarias  sin la obligación de comprobarlas, gastos discrecionales y partidas secretas para los legisladores, así como para los grupos parlamentarios, forman parte de la “caja negra” en la que se ha convertido el Congreso de la Unión.
Es así que tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados, los gastos de las fracciones se manejan en opacidad. La semana pasada, periódico internacional documentó cómo en un año a las bancadas en San Lázaro se les depositaron 225 millones de pesos bajo el concepto de “subvenciones especiales”, las cuales no se comprueban.
Además, año con año se les otorga más de 900 millones de pesos al PRI, PAN, PRD, PT, MC, Partido Verde y Panal como subvenciones ordinarias que tampoco se comprueban.
Hoy existe la posibilidad de otorgar un “bono de retiro” a cada legislador de un millón de pesos, sin embargo, es imposible conocer cómo se ejercen estos recursos y en qué se gastan, debido a que es información clasificada.