Aumentar el salario, ya

Hay en la mesa de la discusión pública dos propuestas para elevar el salario mínimo. Una del Partido Acción Nacional, que trata de estrenar el mecanismo de consulta popular recién introducido en la legislación de México y otra, del jefe del Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, de aumentar el salario mínimo por medio de una decisión de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos, uno de esos elefantes blancos que sobrevive, a pesar de que nadie entienda qué hace.
Cualquiera de las dos propuestas es buena. La del PAN tiene la ventaja de su valor pedagógico. Muestra cómo podrían dirimirse, sin tanto grito o sombrerazo, los problemas que nos afectan como país. Los temas importantes se podrían procesar así y forzar a los partidos a considerarlos en la agenda legislativa. La de Mancera tiene la ventaja de que podría resolver más rápidamente el problema de fondo, que es la pobreza de millones, incluso de quienes tienen un empleo.
El dogma que reproducen algunos académicos, empresarios e incluso dirigentes de algunas de las más importantes centrales sindicales del país es que antes de elevar los salarios hay que elevar la productividad. Lo hemos intentado desde que Carlos Salinas de Gortari se hizo cargo de la economía del país, durante la presidencia de Miguel de la Madrid, se les ha pedido a los trabajadores que se sacrifiquen, y lo han hecho.
A pesar de ese sacrificio, luego de 30 años de contención salarial, la clave de los pactos que orquestó Salinas para quebrar a la inflación de los ochenta, el país no crece. Y peor aún, en ese periodo se ha acumulado una inflación de más de 350 por ciento, sin que los salarios hayan aumentado de manera siquiera proporcional durante ese periodo. Y no podríamos decir que los empresarios hayan dejado de ganar en ese lapso.
Una de las expresiones concretas del fracaso de esa política de contención salarial es que ya no basta tener un empleo, ni siquiera un empleo en el sector formal, para huir de la pobreza. Esa es la razón por la que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social, el Coneval, recientemente introdujo un nuevo indicador de la pobreza, el Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza (http://www.coneval.gob.mx/Medicion/Paginas/ITLP-IS_resultados_a_nivel_entidad_federativa.aspx), que justamente deja ver que quienes tienen empleos formales no ganan lo suficiente para comprar lo mínimo necesario.
En estados con alguna base industrial como Puebla, por ejemplo, la pobreza entre quienes tienen un empleo ha aumentado 7.8 por ciento en los últimos años. A escala nacional el aumento ha sido menor, de sólo 3.2 por ciento. Obviamente hay otros factores que deben considerarse, como la violencia que padecen algunas entidades, pero es un hecho que hay quienes trabajan y no les alcanza.
Se dice que no debemos aumentar el salario para no desbocar la inflación. Se trata de un mito sin sustento en la realidad, pues de todos modos, sin aumento, sufrimos los efectos de la inflación y la desigualdad se acrecienta.
Ojalá que se valoren en su justa dimensión las propuestas que han hecho, por separado, Miguel Ángel Mancera y Gustavo Madero, y se tenga la sensatez para abrir una discusión basada en la evidencia de la necesidad de aumentar los salarios. Es cierto, se debe aumentar el salario sin provocar una escalada, por ejemplo, en los costos de las multas que se calculan a partir del salario mínimo vigente. Para ello se podría generar otro mecanismo para imponer multas, lo que no se puede hacer es dejar las cosas como están ahora.
Apareció por Las Vegas el omnipresente secretario de Turismo de Guanajuato, Fernando Olivera, un experimentado funcionario público que tiene una vitalidad colosal sin comparación entre sus colegas de otros estados Olivera, a pesar de ser un tipo acicalado, ha sudado la camiseta. La gente de su Secretaría sostuvo citas de negocios con casi 500 agencias de viajes de 90 países. Dio una buena noticia: la firma del convenio entre Virtuoso y la Sectur Guanajuato, en el que se contemplan publicaciones de los atractivos del estado mexicano; dos en Virtuoso Life, una en Virtuoso Traveler y otra más en el Themed Travel Catalog. A decir de Fernando, Virtuoso Travel Week ha ganado reputación año tras año y se ha convertido en una de las mejores ferias de viajes de lujo en el mundo, en la que los proveedores de viajes y asesores a nivel internacional mantienen numerosas reuniones y encuentros profesionales.