El Papa Francisco afirmó este sábado que el legado de los mártires coreanos contribuirá a la promoción de la paz y los valores humanos en Corea del Sur y el resto del mundo.
En la ceremonia de beatificación de 124 mártires surcoreanos, el pontífice lamentó el aumento de la pobreza en sociedades en las que existe una «inmensa riqueza» y donde «rara vez se escucha el grito de los más pobres» .
«El legado de los mártires puede inspirar a todos los hombres y mujeres de buena voluntad para trabajar hacia una sociedad más justa, libre y reconciliada, contribuyendo así a la paz y a la protección de los verdaderos valores humanos en este país y todo el mundo» , añadió.
Celebrada en la plaza de Gwanghwamun, en Seúl, la capital surcoreana, ante miles de personas que acudieron a escuchar al obispo de Roma, el prelado declaró como «beatos» a Yun Ji-chang y 123 mártires, reportó la agencia de noticias Yonhap.
Esta es la tercera etapa de un proceso de cuatro pasos necesarios para ser calificados como santos de la Iglesia católica romana.
Yun Ji-chang y los 123 mártires pertenecen a la primera generación de coreanos católicos asesinados por su fe, en los siglos XVIII y XIX, por los gobernantes de Corea, que temían que la propagación del catolicismo socavara la ideología dominante.
«Ellos (los mártires) nos desafían a pensar, en todo caso, en por lo que nosotros mismos estaríamos dispuestos a morir» , dijo el Papa.
«Si seguimos el ejemplo de los mártires y tomamos las palabras del Señor, entonces entenderemos la libertad sublime y la alegría con las que fueron a su muerte» , comentó.
El Papa también mencionó la historia única del catolicismo coreano y cómo el sacrificio de los mártires ha contribuido a la historia de Corea.
Entre las actividades que tiene previstas realizar el Santo Padre en su tercer viaje internacional y el primero por el continente asiático, está el bautismo el domingo del padre de uno de los niños que murieron en el hundimiento del ferry Sewol el pasado mes de abril.
Papa visita cementerio de fetos abortados en Seúl
El papa Francisco visitó hoy un cementerio de fetos abortados como parte de su visita al centro católico de atención de discapacitados de Kkottongnae al sur de Seúl, en la tercera jornada de su viaje a Corea del Sur.
Francisco se acercó a «Taeahdongsan» , un jardín donde se puede pude ver un estatua de la Sagrada Familia rodeada de cientos cruces de madera blancas que representan a los no nacidos, donde oró en silencio, un lugar que los coreanos denominan «cementerio de bebés abortados» .
Corea del Sur cuenta con una alta tasa de abortos, y según los últimos datos oficiales publicados, en 2005 se practicaron 340 mil interrupciones voluntarias del embarazo frente a 440 mil nacimientos.
La ley surcoreana del aborto establece supuestos como la violación, incesto, peligro para la salud de la madre o enfermedades hereditarias, y fija el plazo máximo en 24 semanas desde la concepción. Sin embargo, esta ley se aplica en raras ocasiones, una laxitud que tiene su origen, según expertos, en las políticas para reducir la tasa de fertilidad y combatir la superpoblación implantadas en la década de los años 60 por el Gobierno.
En la tercera jornada de su visita a Corea del Sur, el papa acudió al conocido «Hogar de la Esperanza» de Kkottongnae, un complejo católico donde se atiende a miles de personas con discapacidad.
