Desorden social

En San Luis Potosí nos encontramos con que los principales ejes rectores de la sociedad que son las autoridades y nuestros representantes, no están cumpliendo la actividad que les fue encomendada: los legisladores están dedicados a muchas actividades sobre todo de tipo político, de diversión y de negocios, menos a legislar; en el Congreso del Estado se amontonan las iniciativas porque los diputados están dedicados a buscar su boleto hacia el siguiente cargo y esto hace que se entorpezca el proceso legal de la sociedad, por ejemplo, están detenidas las reformas a la ley del transporte público, a la ley de duda pública, la ley de agua potable requiere urgentemente de reformas, faltan muchas leyes de protección y apoyo al campo, faltan leyes de protección y apoyo a los obreros y empleados.
Por otra parte los partidos y asociaciones políticas cuya función elemental es la de cultivar y promover el ejercicio democrático en todos los órdenes, se dedican fundamentalmente a “estirar la mano” para recibir las prerrogativas que el CEEPAC les asigna; y en época electoral, en lugar de promover el voto libre y democrático, buscan algún partido político a quien vender su escasa membrecía apoyándole en campañas políticas sin sentido como los casos del PVEM, el MC, el PT y otros.
Los partidos políticos se pelean las prerrogativas o dinero que les da el pueblo a través del CEEPAC de una manera grosera, frenética tratando de descalificarse unos a otros para que les toque un poco más o mucho más.
También en lugar de promover la práctica de la democracia como se los indica inalienablemente la Constitución General de la República, se dedican abiertamente a subastar y vender candidaturas, pero no a promover el libre voto y el ejercicio de la democracia.
Los ayuntamientos cuya función específica se consigna en nuestra Carta Magna, tampoco cumplen con su obligación de proveer servicios a la sociedad como la seguridad pública preventiva, el alumbrado, el agua potable, la pavimentación, etcétera y se dedican en cambio, a facilitar la creación de empresas a familiares y amigos, a establecer supuestos servicios médicos, asesorías jurídicas y centros recreativos a regalar miserables mochiles con los colores de su partido.
Tampoco los profesores cumplen con su función de enseñanza y descargan en los padres este compromiso.
Las policías cuya función según la Constitución, es la de prevenir el delito una y otra la de perseguir delincuentes, tampoco cumplen con esta función y los delincuentes encuentran el campo libre para operar sin policía preventiva y en la policía ministerial se archivan las demandas hasta llegar a 90 mil o 100 mil sin ser ejecutadas. Toda esta degeneración permea hacía la sociedad y la induce a torcer el camino para lo que originalmente se integró.
Para que una sociedad pueda funcionar armónicamente es indispensable que cada quien haga lo que le corresponde, lo mismo en cualquier organismo creado por la naturaleza.
Cada sistema tiene que dedicarse a algo específico de lo contrario, tanto en la sociedad como en un cuerpo humano, cuando una parte de estos se distrae o se dedica a otra actividad, aquella organización se rompe y se degenera.
Este es el momento para que cada quien se dedique a la función y quehacer al cual se obligó, que el policía prevenga el delito y atrape delincuentes, que el diputado legisle, que los ayuntamientos presten servicios públicos y se dejen de aventuras políticas.