Empeora el ambulantaje, denuncia Nuestro Centro

Adriana Marvelly Costanzo, presidenta de la organización Nuestro Centro, lamentó que continúe sin resolverse la problemática del comercio callejero en el Centro Histórico de esta Capital potosina.
Esta situación, dijo, es preocupante, pues ya casi todas las calles y plazas están conviertiéndose en zona de ambulantaje. “Todos los días aparece sigilosamente un nuevo vendedor de cualquier cosa: de fruta, de discos piratas, de ropa, de comida, etcétera, sin que exista una fuerza capaz de someter a esas personas”, lamentó.
Sin embargo, indicó que la organización que ella preside trabaja para disminuir las afectaciones que derivan de la ilícita práctica del comercio callejero, el cual es también una forma de explotación para centenares de personas, porque trabajan para otros empresarios de la pobreza, como el dueño de los tamales oaxaqueños o de las papas, en donde incluso se venden cigarrillos sueltos, lo cual está prohibido.
Detalló que la Dirección de Comercio municipal dio a conocer la existencia de un padrón de 800 comerciantes callejeros, cifra que es totalmente irreal, porque son por lo menos multiplicados por cinco.
Indicó que la problemática del ambulantaje puede llegar a poner en riesgo la integridad de los visitantes del Centro Histórico, pues hay algunos vendedores de comida que manejan tanques de gas, además de que las banquetas se ven obstruidas a los peatones y deben caminar por el arroyo de las calles, toreando coches.
La empresaria potosina reconoció que el comercio informal es necesario, porque sirve para dar empleo a decenas de familias que han sido expulsadas de la economía formal, ya sea por los bajos salarios o porque carecen de formación en las profesiones con actividad laboral.
Mencionó que esto se sale de control cuando los ambulantes son foráneos o pertenecen a empresas subterráneas. “Se supone que el comercio callejero era para los habitantes de la ciudad y para quienes trabajaban para sí mismos, no para otros foráneos que parecen propiedad de grandes empresarios, o para dueños de cadenas gastronómicas o de accesorios que forman parte del delito de contrabando y piratería”, lamentó.