Una utopía que el hombre pise Marte»

Enviar a un ser humano a Marte tardará por lo menos 30 años, debido a las múltiples retos tecnológicos que supone, por lo que aún es una utopía que el hombre pise el planeta rojo, afirmó el investigador Javier Ballesteros Paredes.

El científico del Centro de Radioastronomía y Astrofísica (CRyA) de la UNAM, explicó que la distancia de la Tierra a Marte es de 80 millones de kilómetros y en el trayecto se tendría que esquivar fragmentos de cometas, asteroides y planetas que podrían averiar la nave, además de que se requerirá de un traje que simule la atmósfera de la Tierra.

Expuso que la exposición de rayos cósmicos a los que estaría expuesto el hombre y la descalcificación e hinchazón de huesos por no haber presión atmosférica, son algunos de los desafíos que se deben resolver.

En una conferencia sobre divulgación científica, dijo que «llevar a una persona a Marte es una odisea de dos años, tres meses». Tiempo en el que ésta podría recibir 50 veces más radiactividad que la máxima sugerida, lo que le generaría cáncer y probablemente el ácido desoxirribonucleico estaría dañado.

El experto del Centro, con sede en Morelia, mencionó que la mejor opción sería viajar con una burbuja de agua que hiciera el efecto de la atmósfera, para lo que se requeriría acoplar a la nave alrededor de 500 toneladas de líquido, y por consiguiente más combustible.

La Academia Mexicana de las Ciencias (AMC) precisó en un comunicado que otro reto a enfrentar es el abasto de combustible, ya que según Ballesteros Paredes un cohete tardaría nueve meses en llegar a Marte.

Y debido a que el combustible es un material muy pesado, se ha intentado enviar motores iónicos con gases nobles como el xenón o el kriptón, de menor peso y más eficientes, aseguró.

El especialista agregó que otro problema sería el aterrizaje o en este caso «amartizaje», toda vez que Marte tiene atmósfera y constantemente hay tormentas, por lo que «las naves que han tocado suelo han usado paracaídas o globos que cubren por fuera a la nave para que cuando caiga empiece a botar como pelota hasta que frene, después se desinfla el globo y sale el robot.