Arturo Montero documentó los sitios y recintos que siguieron los japoneses hace 400 años
Para llegar a la capital de la Nueva España desde el puerto de Acapulco, los japoneses que integraban la Misión Hasekura, que hace cuatro siglos pisó tierras mexicanas para establecer el comercio directo, tuvieron que recorrer poco más de 400 kilómetros en una jornada de entre 15 y 20 días, sorteando ríos, cuestas, quebradas y otras malas condiciones en el camino.
El paso de aquella comitiva, a principios del siglo XVII, en diversas poblaciones de los actuales estados de Guerrero, Morelos, Puebla, Veracruz y de la ciudad de México, hoy pretende ser reconstruida por el arqueólogo Arturo Montero, quien se ha dado a la tarea de documentar, a través de fotos y testimonios, los sitios, monumentos y recintos que dan cuenta de aquel suceso con el que inició la amistad entre México y Japón.
En el marco del Año del Intercambio México-Japón 2013-2014, designado por el gobierno de ambos países, el arqueólogo —miembro de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística—, en colaboración con alumnos de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH).
Arrancó el proyecto académico “Tres historias, dos países, un océano”, que consiste en recorrer la ruta que Hasekura y su séquito siguieron en el territorio mexicano, de Acapulco a la capital de la Nueva España, y de ésta a Veracruz, de donde zarpó hacia el Viejo Mundo.
La idea, explicó Montero en entrevista, es “documentar significativos recintos y sucesos que acreditan los lazos que se han tendido entre México y Japón en los últimos 400 años”.
Ese recorrido, que comenzó esta semana en el Museo Histórico de Acapulco, Fuerte de San Diego, se realizará en una primera etapa, que durará cuatro días y visitará lugares como Chilpancingo, Zumpango, Iguala y Cuernavaca.
En la ciudad de México visitarán el Convento de San Francisco, donde parte de la comitiva japonesa se convirtió al cristianismo.
La segunda etapa, que durará otros cuatro días, comprenderá un recorrido.
