Iglesia Católica se pronuncia a favor de reforma energética

En el marco de un recuento de los daños generados por la corrupción a la paraestatal Petróleos Mexicanos, la Iglesia Católica de México, a través del Semanario Desde la Fe, se pronunció abiertamente a favor de las reformas estructurales del sector energético, implementadas por el gobierno federal y el Congreso de la Unión.

En un editorial en el que se plantea el interrogante ¿Salvar a Pemex?,  la Iglesia Católica procede a la realización de un recorrido histórico por las motivaciones que alentaron al gobierno Lázaro Cárdenas a declarar la nacionalización de la industria petrolera.
La Iglesia destaca que, hacia el año de 1936, los trabajadores mexicanos de las industrias petrolíferas establecidas en el país, presentó ante los tribunales laborales una demanda conjunta para obligar a los patrones al pago de los salarios caídos tras una breve huelga en demanda de mayores salarios y prestaciones.

Aunque los tribunales fallaron a favor de las demandas de los trabajadores, los patrones incurrieron el desacato, lo que llevó al gobierno del general Cárdenas a determinar la nacionalización de la industria petrolera en México y al correspondiente pago de indemnizaciones justas a los propietarios nacionales y extranjeros de estas empresas: esta es el acta de nacimiento de Pemex, apunta el editorial, que abunda:

“Desde entonces, Pemex ha sufrido transformaciones, aglutinando a miles de trabajadores y concentrando el monopolio de la explotación de los hidrocarburos para generar millones de dólares que deberían invertirse en las necesidades del Estado mexicano. La empresa fue emblema intocable de la soberanía y nacionalismo, ícono de la riqueza presumida por el presidencialismo cuando afirmó que México estaba flotando “sobre la abundancia”.

Hoy, refiere la Iglesia Católica: “La Reforma Energética busca fundar una empresa productiva y competitiva de cara a la apertura del sector; sin embargo, Pemex debe ser saneado para hacer posible este propósito” y aborda el tema de la pronunciada y grosera corrupción del sindicato al grado de que “Los números negativos aparecen cuando, en lugar de invertir, se gastó en prestaciones increíbles o cuando el producto de la riqueza del subsuelo, simplemente, desapareció”.

“Esta semana (refiere el Semanario Desde la Fe), un diario de circulación nacional hizo un ejercicio para entender el tamaño del pasivo laboral de Petróleos Mexicanos estimado en 1.2 billones de pesos. Esto equivale –calculó el diario– a 860 millones 670 mil litros de gasolina (lo que produce Pemex en tres años) o 18 mil millones de salarios mínimos (el trabajo de una persona por 49 millones de años) o 9 millones 500 mil automóviles marca Tsuru (tres veces el parque vehicular de particulares que circula en la Ciudad de México)”.

Por lo que se pronuncia a favor de las reformas que, dice, pretenden que nuestros recursos sean mejor aprovechados, aunque apunta que esta (La reforma) “parecería eclipsada por el daño financiero de una empresa que ha sido botín de pocos y lastre para los contribuyentes”. Con todo y respaldar los contenidos de la reforma energética, la Iglesia Católica advierte, críticamente que el que “la Federación asuma parte de este financiamiento como algo sano, no justifica, de forma alguna, la opacidad, la falta de rendición de cuentas y, más grave, la corrupción porque un gremio, nacido de la lucha, abusó de sus derechos hasta comprometer el futuro de los trabajadores. El escándalo es que los contribuyentes barran la basura para justificar la excelencia de la empresa… Y por esa misma ruta camina la Comisión Federal de Electricidad”.