Libre albedrio

Se sienten los vientos del cambio mundial en todos los países y pero en México como siempre, parece que no pasa nada. Siguen las choteadas telenovelas de Televisa, el hipnotizador campeonato de fútbol soccer, los disque saludables paseos domingueros en el parque de Chapultepec del DF (digo por todo el smog que se respira), la gente ya pensando en la Independencia de México y el grito que dará el presidente con su hermosa “gaviota”.
Las personas estamos acostumbrados a no ver más allá de nuestras narices y sólo preocuparnos cuando el peligro toca a nuestra puerta.
Mientras que a mi no me pase nada, que siga el mundo. Mientras que a mi no me corran de mi trabajo, que siga el mundo.
El hecho es que dentro y fuera de México, los cambios están ocurriendo de manera rápida y pocos se dan cuenta y sólo algunos pocos han hecho algo para enfrentar lo que se avecina.
Nomás para darle una probadita sobre lo que le dije de un Nuevo Orden Mundial, le platico que se chismea a voces en México que el peso va a tener que ser respaldado por plata porque el dólar ya no será garantía de respaldo.
México se enorgullece en decir desde hace décadas que tiene miles de millones de dólares guardados.
¿Y de que le van a servir cuando el dólar se devalúe? Dicen que esos dólares que están guardados valdrán menos de la mitad.
Otro chisme callejero de alcurnia asegura que Canadá, Estados Unidos, México y Centroamérica serán un solo país o región.
Por eso las fronteras se abrirán y más vale que los gringos aprendan español y la cultura de la tortilla y el nopal, porque les van a caer miles de paisanos a sus casas de Beverly Hills y Cedar Park.
Todos estos ajustes son consecuencia de que el planeta ya se agotó y que se necesita uno nuevo para poder avanzar. ¿Hacia donde?
Pocos saben la respuesta. Porque el ser humano sigue pensando en cuestiones vulgares como adquirir más propiedades y ropa y relojes y carros, en lugar de pensar en cómo mejorarse como persona, hacer la paz y ayudar al necesitado.
Todo esto sucederá sólo si el astro rey lo permite. El Sol está también cambiando toda su composición y esos rayos nuevos están transformando todo el planeta. Ya lo dijeron los Mayas.
Que conste que el calendario tiene 14 años de desajuste, y ahora mismo estaríamos en esas predicciones que nuestros hermanos de Chichen Itzá advirtieron.