Se cumplen 90 años de la muerte del escritor Joseph Conrad

Maestro de varias generaciones, como lo atestigua hoy el escritor colombiano Juan Gabriel Vázquez, Joseph Conrad dejó para la posteridad importantes obras que siguen dando de qué hablar, como «El corazón de las tinieblas», que este año fue publicado en México por Sexto Piso, en su versión ilustrada por el artista visual Abraham Cruzvillegas.
O como su libro sobre el hundimiento del Titanic, que Gadir editó hace unos años, previo al centenario de la tragedia, para recoger dos textos que escribió Conrad, en los que critica la arrogancia e irresponsabilidad con la que el interés comercial echó al agua un hotel de lujo casi sin posibilidades de maniobra.
Amigo de Henry James, H G Wells, Bertrand Russell y André Gide, detractor de Dostoievski y de Tolstoi, lector apasionado de Whitman, Mark Twain, Edgar Allan Poe, Víctor Hugo, Charles Dickens y Marcel Proust, Conrad es recordado, a 90 años de su deceso, como un autor que dio gran impulso a la literatura británica, aunque de facto era un inmigrante polaco.
Entre sus méritos, la crítica comenta que «marino durante 20 años, plasmó ese amor en novelas y cuentos de insólita profundidad para el género aventurero».
Conrad nació el 3 de diciembre de 1857, en Berdyczów, antiguo territorio de Polonia y ahora jurisdicción ucraniana, en el seno de una familia noble, aunque quedó huérfano a lo 11 años, quedando bajo la tutela de su abuela y tío paterno. El sitio especializado «Biografiasyvidas.com» señala que fue a los 16 años que abandonó Polonia rumbo a Marsella, Francia, donde trabajó como marino mercante, actividad que lo llevaría en una primera etapa a comerciar con armas para las tropas carlistas españolas.
Durante esos años, Polonia estaba ocupada por Rusia, por lo que Conrad huyó del reclutamiento de las tropas del ejército zarista hacia Londres, Inglaterra, donde ascendió como segundo oficial de la Marina mercante.