Fauna y flora de Holbox, en riesgo

Holbox forma parte de un Área Natural Protegida (ANP) decretada el 6 de junio de 1994 para preservar la flora y fauna de Yum Balam, además de estar dentro de la Reserva de la Biósfera del Tiburón Ballena, promulgado el 5 de junio de 2009.

También es catalogado en el convenio Ramsar, nombre de la ciudad iraní donde 160 países -entre ellos México- firmaron el acuerdo para lograr la conservación y el uso racional de los humedales a nivel internacional.

En el artículo sexto del decreto de 1994, se establece que las obras y actividades en la ANP deberán sujetarse a los lineamientos establecidos en el Programa de Manejo y a las disposiciones jurídicas aplicables, de ahí su importancia.

Sin embargo, a 20 años de su creación, Yum Balam -presumida en mayo pasado ante delegados de los diferentes países que integran el Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF, por sus siglas en inglés), como uno de los casos de éxito financiados por dicho mecanismo internacional- carece de Programa de Manejo.

El anteproyecto de dicho instrumento, a decir de organizaciones civiles y de la propia Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), estaba listo desde 2011, pero inexplicablemente sigue sin ser publicado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

Un Diario de circulación nacional solicitó una entrevista con el titular de la Conanp, Luis Fueyo, para conversar sobre el tema, pero hasta finales de julio la «apretada» agenda del funcionario -indicó su área de prensa- ha postergado la entrevista.

La ausencia del Programa de Manejo favorecía al proyecto «La Ensenada» y deja vulnerable a la isla de Holbox y al polígono de Yum Balam, ante cualquier otro plan que desee detonarse ahí, explica la coordinadora regional del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), Alejandra Serrano.

Al desarrollar algún proyecto sin restricciones y sin una visión integral de la fragilidad de la isla y sus ecosistemas asociados, se pone en riesgo la presencia de las tortugas marinas, especialmente de la tortuga laúd, especie cada vez más ausente de las cuatro que anidan en playas de Quintana Roo.

Peligran, además, los flamencos y el tiburón ballena o «Dominó», que atrae a miles de turistas en la temporada de mayo a agosto.

También están en juego la Laguna Yalahau, los manglares y las incontables especies de flora del sitio, además de la fauna silvestre que ahí habita, apremia.

Para blindar a Holbox, sus defensores intentan por diversas vías llamar la atención de la sociedad, del presidente Enrique Peña Nieto, de la Semarnat y de la Conanp.

El 9 de junio, «Yo defiendo a Holbox» convocó a participar en una cadena humana, que se realizó la tarde-noche del 14 de junio pasado a lo largo de la zona de playas, a la altura del hotel «Casa Sandra».

Más de 450 personas se reunieron ahí para solicitar a Peña Nieto, a la Secretaría y a la Comisión, la publicación del Plan de Manejo de Yum Balam.

Se pidió la revisión de todo el procedimiento de compra-venta de terrenos, que incluye una supuesta cesión de derechos ejidales en terrenos de uso común, a favor del grupo de empresarios de Yucatán, encabezado por Fernando Ponce.

Por último, se solicitó que se releve de sus cargos a los titulares de la Procuraduría Agraria, del Registro Nacional Agrario y del Tribunal Agrario para garantizar una revisión justa y limpia del caso.

La isla, un polvorín

La forma en que se engañó a muchos de los comuneros de Holbox para vender terrenos costeros y despojarles de sus derechos ejidales en el resto de tierras de uso común, podría derivar en un conflicto social sin precedentes en la isla, coinciden varios entrevistados.

De no declararse nulas las asambleas en que se protocolizó el supuesto cambio de propietarios de las tierras de uso común de Holbox, los pobladores se dicen dispuestos a «atrincherarse» para recuperar lo que les corresponde por derecho y les ha sido arrebatado a través de maniobras legales, dijo el presidente del Comisariado Ejidal de Holbox, Nivardo Mena.

Para los activistas ambientales, el tema no terminó con la aparente cancelación del proyecto hotelero e inmobiliario «La Ensenada». Los Ponce y sus cómplices siguen asumiéndose como dueños de los terrenos que les arrebataron a los ejidatarios mediante engaños y no los van a querer perder.

La diputada local Trinidad García afirma que el dolo con que actuaron Los Ponce, sus socios y otros personajes como Jaime Zetina González, primo del ex gobernador de Quintana Roo, Félix González Canto, es evidente.

Inocencia, ignorancia y ambición

Para el ex gobernador y hoy senador priísta, Félix González Canto, en la compra-venta no hubo mala fe, ni injerencia de autoridades, sino un acto voluntario, sin presiones.

«Como en cualquier ejido, hay operaciones donde se les compran sus derechos, esa es una decisión voluntaria.

Jamás ningún funcionario, que yo recuerde, de ningún nivel, obligó o presionó para que algún ejidatario hiciera alguna venta u operación que fuera en contra de su voluntad. Todos los casos siempre se ventilaron en sus asambleas.

«Desafortunadamente en los últimos años, ya no siendo yo gobernador, los impulsores del proyecto tuvieron diferencias internas que escapan de cualquier funcionario (…) estoy seguro que los tribunales respectivos le darán razón a quien la deba tener», augura el ex mandatario.

El secretario de Gobierno, Gabriel Mendicutti, quien ha mediado entre los ejidatarios y las autoridades agrarias, establece que no pueden intervenir más allá de la asesoría jurídica.

«No entrevisté a todos. He hablado con unos. Los invitaron a Mérida, a desayunar, a comer, les dijeron ‘aquí está el contrato’; cuatro millones, cinco millones, seis millones, dependiendo de la situación, y aceptaban… y firmaron. Y les digo ‘¿y no revisaron el contrato?’ y ellos responden ‘la verdad, no’. ¿Les pusieron una pistola?, no», señala.

«Ellos dicen que no sabían lo que estaban firmando y ¿cómo puedes firmar algo sin revisarlo? Ese es el tema», expresa en entrevista.

Entre los mismos ejidatarios hay quienes reconocen que, en algunos casos, les ganó la ambición, a decir de Mendicuti Loria, quien comentó que la molestia de una parte de los ejidatarios estriba en que vendieron a 5 millones de pesos, lo que otros -que no vendieron en un principio- lograron colocar sus terrenos en un millón de dólares.

Por parte de «Península Maya Developments», no existe ninguna versión o postura. Sus abogados han enviado mensajes de que la estrategia es «no salir a medios».

La lucha jurídica…

A nivel jurídico, existen 30 juicios que siguen sin ser desahogados por el presidente del Tribunal Unitario Agrario, Rubén Silesky Mata, quien por el contrario, ha resuelto todos los recursos presentados por los empresarios de Yucatán, en los que se les concede la razón, denuncia el presidente del comisariado ejidal, Nivardo Mena.

«Lo que hay aquí es demasiada y extrema corrupción a través de las autoridades agrarias, llámese el Registro Agrario Nacional, Procuraduría Agraria, que es la instancia más importante, en contubernio con el Tribunal Unitario Agrario 44, con sede en la ciudad de Chetumal; y si nos elevamos, llegamos hasta el procurador nacional», dice.

Cuestión de justicia

«Lo estamos viendo como una cuestión de dignidad y justicia», recalca Carlos Martínez.

El fundador de «Yo defiendo Holbox» sostiene que los empresarios sacaron provecho del desconocimiento de las leyes de los ejidatarios, muchos de ellos, personas de edad, que fueron timados o coaccionados uno a uno, en reuniones a puerta cerrada, sin abogados, para firmar papeles con términos incomprensibles.

«Por sus tierras les dieron 5 millones, cuando costaban 99 millones de pesos. Hubo dolo y mala fe» por parte de los empresarios, insiste el activista social. En la opinión del senador Félix González Canto, «lo peor» que puede pasarle a la isla Holbox, a sus habitantes y a Quintana Roo, es que el tema siga empantanado, «porque nadie gana».

«Si ahí se llega a hacer un desarrollo, si se da, esperamos que sí, todos se van a beneficiar. El primer conflicto que hay que resolver es el interno entre los socios que se están litigando entre ellos», advierte.