Adiós a la voz de Nadine Gordimer

Dicen que Nadine Gordimer dormía cuando se despidió de esta tierra. Sus hijos le hacían compañía, y ahí —en su casa en Johannesburgo— caía la noche del domingo mientras ella partía en paz de este mundo.
Su rostro afable que enmarcaba una sonrisa discreta ya sólo queda en la memoria, junto a una extensa obra conformada por novelas, colecciones de cuentos y ensayos, que —en 1991— le valieron para hacerse acreedora del Premio Nobel de Literatura.
En la escritura debutó siendo aún una adolescente; lo hizo en el género del cuento al publicar en una revista local a finales de los años treinta. En la novela esperó hasta 1953, cuando entregó Los días mentirosos. Desde el comienzo de su carrera literaria reflejo la vida cotidiana y social que persistía en Johannesburgo, dominada por los ánimos polarización por motivos de clase social y el color de la piel.
Entre sus novelas más renombradas está su obra de 1979 La hija de Burger, libro que se publicó en Inglaterra y que en un principio estuvo vetado en Sudáfrica por su contenido político. La gente de July (1981) y El conservador (1974) son otras de sus piezas más celebradas por la crítica. Con ésta última, por cierto, ganó el Premio Booker, uno de los premios más prestigiosos en lengua inglesa.
Una de sus últimas obras fue Mejor hoy que mañana (publicada en inglés en 2012 y cuya traducción al español llegó al año siguiente); en esta novela Gordimer evaluó el estado social posterior a la desaparición del apartheid. A pesar de que cultivó el género de la novela con mucho éxito, nunca dejó de practicar la escritura de cuentos, un género al que consideraba muy apropiado de nuestro tiempo.