Aparecen dos nuevos cráteres gigantes en Siberia

Dos nuevos fosos, denominados por los investigadores como «cráteres de explosión de gas», fueron descubiertos en días recientes en Siberia, a más de 300 kilómetros de distancia del primero.

Habitantes del pueblo cercano de Antipayuta, aseguran que el foso se formó el 27 de septiembre del 2013 y tiene un diámetro cuatro veces menor al primero, alrededor de unos 15 metros. Los científicos aún no se trasladan al lugar, por lo que aún se desconoce su profundidad, asegura la revista rusa Ogoniok.

Un tercer cráter más pequeño, de unos cuatro metros de diámetro y una profundidad estimada entre 60 y 100 metros, fue ubicado cerca del pueblo de Nosok, en la región de Krasnoyarsk. De acuerdo con el diario ruso, pobladores aseguran que el hoyo tiene una forma cónica perfecta.

Pese a que su procedencia aún es desconocida, los especialistas no descartan que se deba a las mismas circunstancias que causaron el primero: el deshielo en la región de una capa de tierra congelada y la acumulación en la presión por los gases contenidos en una reserva subterránea, habrían hecho «explotar» la capa de tierra, que a su vez se volvió menos gruesa.

Aunque los científicos no han declarado una causa exacta de este fenómeno, han señalado que este deshielo puede ser causado por el calentamiento global, o por el propio gas, cuya temperatura promedio es de 30 grados Celsius.

Explosiones pneumáticas (sin fuego) de gas subterráneo ocurrían también hace 10 mil años cuando el clima era más cálido, pero los especialistas aún no pueden explicar con precisión qué está causando ahora estas explosiones, para que puedan seguir produciéndose sin depender de los cambios climáticos.

«Es algo nuevo, por eso, de verdad, es algo frustrante», confiesa a la revista rusa la investigadora Marina Leibman, del sector siberiano de la Academia de Ciencias de Rusia.

El primer cráter apareció a menos de 30 kilómetros de un poblado petrolero y gasífero, mientras que el segundo fue hallado a 90 kilómetros de la comunidad de Antipayuta, donde viven unas 3 mil personas.

Los especialistas advierten que podrían aparecer más de estos cráteres y que no existe ninguna garantía de que el próximo no surja en alguna zona habitada, lo que podría suponer una amenaza para los pueblos locales.

Leibman señaló para la revista que «en cuando entendamos en qué condiciones suceden las explosiones, podremos hacer un mapa de los lugares potencialmente peligrosos».